Tame Impala en Guadalajara: Versión LSD sin censura Blogger´s Cut

jueves, marzo 21, 2013

(las canciones tienen links a sus videos de Youtube)


Dudé en comer el papel con LSD antes de que mi amigo pasara por mí.

La entrada del Teatro Estudio Cabaret estaba abarrotada por adolescentes con pantalones aguados a la cintura, hoodies y cachuchas beisboleras de los que iban a ver a los Violadores del Verso y a la Mala Rodríguez, quienes también se presentaban en Calle 2 esa misma noche. La minoría de hipsters (como debe ser) que se dirigían al concierto de Tame Impala, guardaban sus cámaras Réflex y Iphones ya que esos hip-hoperos visten igual que los rateros que regularmente los asaltan en Chapultepec.
Los encargados de calentar los motores fueron la banda Tapatía de reciente formación, Doroteo (no sé si es el nombre de la banda o del vato) comandados por un mirreypster con ínfulas artísticas, que tocaron una rola que se parecía a una de los Doors, otra dizque al Pink Floyd de Barrett y una más a Soda Stereo, y la verdad no lo hacían mal, aunque se notaba que aún están en la búsqueda de su propia voz. En mi interior algo comenzaba a acomodárseme en las entrañas.

Los que siguieron, Antoine Reverb, tenías más callo y tocaban mejor, además que la sonorización fue más adecuada. Para ese entonces ya había una buena cantidad de raza, un poco menos de la mitad del recinto; hipsters bigotones y barbones alrededor de los 30, adolescentes onderos y mariguanos y un montón de chavorucos por igual. Fui por una cerveza para engranar el motorcito que comenzaba a andar con fuerza en mi interior. La chela estaba caliente y el muchacho que atendía se tardaba por hacer piruetas con el vaso mientras servía. Mientras tanto, Antoine Reverb (que también son de Guadalajara) con sus letras en inglés y toques de sicodelia en la onda de Stereolab o algo así, alcanzaron a dejar en buen punto a la audiencia con canciones llenas de buenos juegos de voces que es cuando mejor funcionan. La única canción que cantaron en español sonaba como Zurdok y fue la primera vez que la tocaron en vivo.

Antes de clavarme en buscar a que canción de otra banda se parecía lo que estaban tocando, me lancé a dar la vuelta por ahí y ver la fauna del lugar. La verdad casi no había viejas buenas, mas bigotudos que la verga, la presencia masculina era abrumadora porque, según yo, a la mayoría de las morras no les gusta la música intensa y pachequidelica, además que las chicas hipsters no se caracterizan precisamente por su belleza, morras nerds, medio gordas con pintas de machorras pululaban por todo el lugar y un chingo de maricones (Guadalajara saaaaaaabe); supongo que como ese día hacía mucho aire frío dejaron sus looks más trendys  y sensuales para una mejor ocasión. Una chica de cabello platinado, medio fea de la cara, lloraba en el hombro de un bato que vestía como hevymetalero de los 80´s y hacía un drama a medio del pasillo. Me quedé a verla un momento para ver qué pasaba, pero me comencé a tripear con que la conocía de algún lado y que ella también andaba en ácido y estaba teniendo un mal viaje, por lo que mejor me fui antes de que me lo contagiara.

Un sector de la gente se emocionaba cuando los roadies (güeritos y visiblemente extranjeros) salían a conectar los instrumentos, haciendo manifiesto el nervio conciertero que se respiraba en el ambiente, clamando por la presencia de Tame Impala con las palmas y emocionándose vanamente cuando la cuenta regresiva que se proyectaba en las pantallas llegaba al cero (nunca supe para qué era ese conteo).

Van a comenzar con Solitude is Bliss dijo mi amigo. Ya para ese entonces el ácido me había pateado el cerebro con todas su fuerzas y mi vista buscaba algo interesante en qué divagar ya que mi visión frontal eran las enormes cabezas de un par de tipos altos parados frente a mí, por lo que me acerqué al escenario y buscar una mejor ubicación. No es que la visibilidad fuera mala pero el olor característico de unas pequeñas nubes de humo venía de más adelante, frente al entarimado, donde se arremolinaba la gente.

Los visuales hicieron acto de ausencia ya que las pantallas permanecieron apagadas toda la presentación y se echaron de menos en “Be Above It”, pero no había necesidad (al menos para mí) bastaba con inhalar fuertemente el humo, cerrar los ojos y dejarse llevar por la música. Los fractales y proyecciones alucinógenas iluminaban los párpados entrecerrados.

La cerveza se había acabado y fui por más a donde fueran menos pachorrudos para atender porque para ese entonces sonaba “Endors Toi”, el baterista aporreaba sus tambores de una manera brutal. Un adolescente me pidió el paro para comprarle una chela. Después de pagar karma como lo hicieron por mí en la secundaria y hacer mi obra mala del día, regresé sin demasiados problemas hasta mi lugar justó cuando empezaba “Elephant”.

A Tame Impala se les nota la experiencia adquirida en sus giras, el dominio sobre el escenario con un control total sobre sus rolas que están bien engrasadas y engordadas al respecto de lo que se escucha en los discos. En vivo se permiten improvisaciones y solos extendidos, se toman su tiempo para desarrollar las canciones, lo cual quedó patente principalmente cuando tocaron las del Innerspeaker, como con "WhyWon't You Make Up Your Mind?

Las personas de la parte de atrás platicaban y agarraban la fiesta a gusto. Escuché que algunos se molestaron porque los de atrás no estaban tan entregados como los de enfrente, que solo eran una bola de snobs y que los conciertos se habían convertido en un evento social para tener algo que hacer el fin de semana. Comprendo totalmente a quienes dijeron eso, pero la afición por una banda no tiene por qué convertirse en una competencia para ver cuál audiencia es más lambiscona y zalamera, como en el DF donde maman hasta el reencuentro de los Xochimilcas ¿Qué importa que no todos estuvieran gritando entregados al paroxismo? Ni que fueran la barra del Atlas que presume alentar a su equipo aunque se vayan a segunda división o jueguen de la verga. Además Guadalajara siempre se ha caracterizado por ser una audiencia difícil, y a mí me gusta que sea así, que los grupos que toquen en la ciudad se ganen la admiración del público en base a sus presentaciones y en lo que cada quien pueda apreciar de ellas; y que el hecho de que Lonerism haya sido elegido como disco del año por la NME no garantice tener a la audiencia rendida a la primera canción, y que está chingón que que se abarrote el concierto de una banda nueva que apenas se da a conocer, seguro de ese concierto salieron más fans de Tame Impala que los que entraron.
 Para cuando tocaron “Alter Ego”, Tame Impala vibraba en el escenario, la rickenbacker de Kevin Parker se levantaba en el aire y brotaban feedbacks y luces estroboscópicas que se distorsionaban como si emanaran de la guitarra que parecía un ying-yang, los rifs te jodían el cerebro a vergazos en los tímpanos. La gente bailaba levantando las manos con sus celulares en el aire. 

Después siguió algo sincopado y luego una rola suavecita como una cumbia huevona, pero obvio para ese entonces ya estaba tripeando machín así que no me hagan mucho caso. Una morra meneaba la cadera cerca de mí y de repente me repegaba las nalgas en mi pene y me hice a un lado, no fuera a ser que yo fuera el que estaba repegándoselo a ella, creyendo que ella me lo repegaba a mí. Después su bato que al parecer era de Sinaloa le dijo “eh morra vente a la verga pa acá” yo dije “haces bien, cuida a tu zorra beatchy me regresé a la parte de atrás con mi amigo para ver el final del show.

Wey ¿No van a tocar la de “It's Not Meant To Be”? pregunté a mí compa, pero me contestó que esa era la rola que estaban tocando ahorita. Yo ya no entendía nada. Sobre el escenario, Tame Impala estaban envueltos en un fuego azul como supersayayines elevando su cosmos al infinito, convirtiendo las notas falsas en destiempos, en aciertos. A mi lado, una morra fumaba un porrito y le pedí unas baisas, extendió el cigarro con sus dedos para ponérmelo en la boca. Las chicas se acercaban solas, mi amigo ya platicaba con una y Tame Impala terminaba su presentación con “Nothing That Has Happened So Far Has Been Anything We Could Control” con la que saturaban y copaban con su sonido cada rincón del Estudio Cavaret, los cuerpos resplandecían en colores y estaba alucinando tan intensamente que me pareció ver que un chavo de Tame Impala traía una playera de las CHIVAS. 

Después de esa canción ya no hubo más, una marea de cuerpos amorfos se movilizaba a mi alrededor haciéndome sentir oprimido, un miedo extraño me posesionó y no quería que nadie me tocara, cuando se me acercó el que parecía el novio de la chica que me acercaba las nalgas, al pasar junto a mí grité NO SE ME ACERQUEN ¡NO ME TOQUEN POR FAVOR, no podía soportar el contacto humano y lo empujé para hacerme bolita y resguardar mi espacio personal pero le tiré su baso con Buchanans (me enteré después que olí mi ropa salpicada). El vato sin recurrir a sus guarros me tiró un vergazo bien acomodado en la esquina de mi frente que me mandó al suelo, después me dijo “Sabes que loco vete a la verga antes que te mate” y se fue vociferando maldiciones y mentadas de madre con su chica, sobándose el puño, creo que se le había quebrado la mano y la adrenalina del golpe me sirvió para regresar del viaje y lanzarme al after en una fiesta de la colonia Americana con solo un chipote en lo alto de mi frente. Las ventajas de ser un necio cabezadura.


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