viernes, junio 02, 2006
“PERDIDO” decía el letrero con la foto del French Poodle por el que ofrecían una remuneración. “Ayer salió de la casa y responde al nombre de Bombita” Jejeje, me dio risa que en lugar de fecha hayan puesto simplemente “ayer”. “Quien lo encuentre recibirá una generosa recompensa”.
Como no tenía nada que hacer y de no hacer nada a ganarme una feria, la balanza se inclinó por la lana.
Caminé rumbo al parque, se supone que a los perros les gustan los parques. Al llegar encontré muchos perros sin correa que corrían a lo largo y ancho de los verdes prados y entonces la vi; era la mujer más buenísima del mundo. Me sentía como burro en primavera. Llevaba medias rojas y minifalda y caminaba paso a pasito con sus altos tacones de aguja.
Cuando me acerqué a ella para preguntarle cuánto me salía el acostón me dijo:
-“Pos a cien mijo. Pero tú pones el cuarto y el preservativo”- y su mirada me llenaba de lujuria.
Pero no tenía nada de lana y le dije que regresaría a los dos.
-“Pos si no llegas papito, yo me pinto de aquí”- contestó.
Busqué al perrito por todos lados, arriba, abajo, de un lado para otro, dentro de los arbustos y hasta en el bote de basura, pero nada.
-“Ni Pez”- dije y caminé resignado para ver a mi prostituta tal vez por última vez.
-“No conseguí lana”- le dije.
-“No le hace chiquito, te fío. ¿Cómo te gusta hacerlo? ¿Abajo o arriba?