No hay peor lucha que la Lucha Villa
jueves, mayo 24, 2007
Vamos al mercado para comprar todo lo necesario. Necesito un traje de baño nuevo. Me he estado preparando en el gimnasio para estas vacaciones y quiero que todo el mundo vea mi progreso. Soy puro músculo.
Atún, verdura enlatada, mayonesa, papas, una botella de tequila, galletas, algunas frutas, pepto, jugos, refrescos, salchichas y lo necesario para hacer sándwich. Lo de más en la playa lo compramos. Veo una máscara de luchador. De chico me gustaba la lucha libre. Todos los domingos la veía por la televisión. Hace mucho que no la veo, pero antes me sabía los nombres de la mayoría de los luchadores. La compro.
El tráfico está muy lento pero no importa, ya vamos en camino y eso es lo que nos da ánimos. Se me olvidó el cepillo de dientes, siempre se me olvida. No importa, son vacaciones. Con mí físico, nadie verá mis dientes.
Nos paramos en la primera tienda que vemos al salir de la autopista. Compramos cervezas, hielos y cigarros para los que fuman. Todos tomamos cerveza. Aquí es donde empieza la fiesta. Siento el aire húmedo y caliente. Me quito la camisa. Soy puro músculo.
Los hoteles están llenos. Si no es porque Jaciel organizó el viaje desde hace seis meses no hubiéramos ahorrado nada y no estaríamos aquí. El Traca, el Burro, Jaciel y yo. La pasaremos de lo mejor.
Mujeres rubias y morenas con pequeñas cinturas y hermosos traseros caminan por la banqueta y saco el brazo por la ventana para que lo vean. Eso les excita.
Antes de entrar al hotel me pongo la máscara.
El hotel es bueno, hay muchos gringos y algunos asiáticos, pero la gran mayoría son mexicanos. Mujeres en bikini, muchas.
Entramos al lobby. Nos dan la llave del cuarto. Caminamos hacia él. La gente me ve. Nos reímos porque los idiotas creen que soy un luchador. Se acerca una niña como de ocho años. ¿Eres el Místico?, me pregunta. Así debería de llamarse el luchador. Sí, respondo. La niña sale corriendo hasta donde esta su papá, un señor chaparro y con panza.
Llegamos al cuarto. Me quito la máscara. Reímos de la cara que puso la niña al verme. El panzón también quedó sorprendido. ¿El Místico estará igual de rayado que yo? Lo dudo.
Acomodamos nuestras cosas. El Burro y yo escogimos el cuarto más grande. Necesitamos espacio para hacer nuestros ejercicios pre-playa. Burro esta fuerte pero sus bíceps no están tan anchos como los míos y sus piernas no están tan marcadas. El Traca está gordo, no hace ningún deporte. Jaciel tampoco pero él esta flaco.
Me pongo un short y una playera sin mangas. Iremos a la playa, todavía es temprano. Hago cincuenta lagartijas y cincuenta sentadillas para que se hinchen los músculos. Cien abdominales.
Por poco y se me olvida la máscara.
Me la pongo.
En el camino a la playa nos encontramos a dos gringas. Les canto el único fragmento que me sé de pretty woman. Voltean y me sonríen. Miran mi espalda.
Las sombrillas de la playa están llenas. En la alberca hay lugar.
Tengo mucho calor. Le digo al Traca que me la voy a quitar. Dice que no, que todos me miran. Es cierto. Me quito la playera para que me vean mejor y me siento.
Se acerca un niño como de diez años. Me hace la misma pregunta y le respondo que sí, soy el Místico. Se va corriendo y trae a su hermana. Entre veintitrés y veinticinco años, no creo que más. Excelente. Aprieto el abdomen. Me pide un autógrafo y nos tomamos una foto. Cintura delgada y trasero firme. Dice que es mi fan. Le pregunto qué va hacer en la noche y me dice que nada. Nosotros vamos a salir a algún antro. Va a pedir permiso, si la dejan nos veremos en el lobby a las diez. Viene con su familia.
Los idiotas de mis amigos están fascinados pero ellos no agarran nada.
Me suda la cara y es incómodo tomar cerveza. Menos calorías que quemar.
Traca quiere ir al baño y yo lo acompaño. Me miran. Están seguros que soy el Místico. Soy puros músculos. ¿Cómo será el Místico? ¿Será rudo o técnico?
Entro a un cubículo. Me quito la máscara y siento el aire frío en la cara. Mi cara debía estar roja del calor. Bajo la tapadera de la tasa y me siento. Intento ponerme la máscara de nuevo pero esta muy sudada y se siente incomodo. Le digo al Traca que ya no me la voy a poner. Contesta que no sea culero, que primero consiga unas morras y ya después vemos. Me la pongo.
Al ir de regreso nos topamos con dos señores. Sus piernas dicen que practican algún deporte, la panza, que toman mucha cerveza. Están asombrados. Ellos no preguntan nada, solo me piden un autógrafo. Le pregunto al Traca con la mirada. Él asiente con la cabeza y se ríe.
Traca le dice al Burro lo de los dos rucos. Jaciel esta platicando con una muchacha.
Ya no resisto el calor y me dicen que me meta a la alberca con todo y máscara. Un alivio. Se meten los tres, a Jaciel ya lo botaron.
Jugamos carreras de nado entre los cuatro. Yo gano. Todos nos ven. Me salgo de la alberca por donde no hay escaleras para que vean mi espalda. Soy puro músculo.
Me tomo una cerveza. Llega una pareja. Quieren tomarse una foto conmigo. Burro y Traca se ríen. Nos tomamos la foto.
Ahora tres muchachos, un poco más chicos que yo quieren la otra.
Un grupo de cinco jovencitas, muy buenas, también quieren y me dan besos. Agarran mis brazos y una de ellas una nalga. Las abrazo y toco sus cinturas. Nos tomamos la foto.
En el cuarto me quito la máscara. Nos preparamos una ensalada de atún. Jaciel esta serio. Burro, Traca y yo nos reímos y hablamos de los que me pidieron autógrafos y fotos. Les platico que a dos muchachas les di una nalgada y que una me invitó a su cuarto pero no me acuerdo del número que me dio. Miento. Jaciel se va a dormir para estar listo en la noche.
Tocan a la puerta. Abre el burro y entra corriendo diciéndome que me ponga la máscara. Obedezco y salgo. Dos niños buscándome y fotos y autógrafos. Pasa un señor y lo mismo.
Nos metemos riendo. Preparamos unos tequilas. Sacamos una botana y nos turnamos para entrar a bañarnos. Como el burro tarda mucho en estar listo es el primero.
Es mi turno de bañarme. Me miro en el espejo. No he visto como me veo con la máscara. Salgo, me la pongo y me veo. Parezco un verdadero luchador. Soy puro músculo.
Me baño y salgo con la máscara puesta. Ya se despertó Jaciel. Salto como le hacen los luchadores y les digo, aquí esta el Místico, cuídense todas las mujeres porque les voy a hacer la quebradora. Jaciel no se ríe. Me pregunta si voy a llevar la máscara todo el tiempo. Solo es una broma. Dice que no le va a gustar nada a la gente saber que no soy el verdadero Místico. Pobre, esta celoso.
Vamos al antro y pedimos una botella de Vodka. Olvidé pasar por la chica de la alberca. No importa, aquí hay muchas. Llevo la máscara. En la entrada no pagamos cover, ya sabían que el Místico estaba aquí. Idiotas.
Muchas mujeres, la mayoría hermosas. Bailo con todas. Soy el centro de atracción. Me quito la camisa para que vean mis músculos y las chicas gritan. Me siento un momento y llegan hombres, mujeres, parejas, meseros y más fotos, autógrafos, abrazos, besos. Una rubia me mira de una forma pecaminosa pero no me dejan a solas. Cuando me dirijo a ella llega un muchacho y me pregunta cómo me la estoy pasando y me cuenta sobre su viaje. Se va y busco a la rubia. Llega una muchacha con unas tetas enormes y un excelente culo. Ya ligué. Platicamos y esta muerta de la risa. Dice que nunca había conocido a una persona importante.
Se acercan tres jóvenes, casi niños. No se como los dejaron entrar.
Tomo más vodka. Por fin un momento a solas y la rubia y la tetona no se ven. Les digo al Burro y al Traca que me voy a quitar la máscara. No soporto el calor y tanta gente a mí alrededor chingándome la vida. No me dejan agarrar a ninguna vieja. Dicen que ni se me ocurra quitármela porque nos matan. Más vodka y más calor. Pido una cerveza.
Jaciel esta con una chica muy guapa. Han de estar platicando de mí. ¿No pensara ella que es un idiota por tomar refresco en un antro? Se están besando.
Llego con el Burro y el Traca. Cada uno con una muchacha. Dicen que ellas fueron a verme cuando luché contra el hijo del Perro Aguayo. ¿El Perro Aguayo tiene hijo? Una de ellas me pregunta por qué no llevo los pupilentes. Suficiente tengo con la mascara. Ríen.
Todos ríen, me miran, toman fotos pero ninguna de las hermosuras que hay aquí se queda conmigo. Yo mientras tomo vodka.
Ya me orino. Voy al baño. Me miro en el espejo. Estoy pedo. Cuando me miro en el espejo para ver si me veo borracho es que ya lo estoy. Y yo sin conseguir vieja.
Tomo una cerveza para refrescarme y vodka para que se termine la botella. Todos me miran. Nadie se acerca. Mis amigos ya ligaron y yo solo.
Duermo.
El Burro me cuenta lo que no recuerdo de anoche. Que me creía el Místico y me subí a la mesa y me avente sobre Jaciel. No llamaron a la policía de puro milagro. Sólo nos pidieron que nos fuéramos.
Salimos del cuarto. Jaciel y el Traca están preparando el desayuno. Buenos días mi Místico, dice el Traca. Jaciel esta serio. Le pido perdón. Me contesta que no hay pedo pero que lo siente por mí porque ya no voy a poder salir del cuarto. ¿Por qué no? Me pongo la máscara y ya. Pero dicen que si se dan cuenta que no soy el verdadero la gente nos va a matar. O si alguien de alguna televisora me mira y me quiere entrevistar. Y si se da cuenta el verdadero Místico y después me quiere golpear o demandar o algo. Dice el Traca que sí es cierto. Que puede haber alguien muy cercano al Místico y hacerla de pedo. El Burro simplemente me pide que me quede aquí para evitar problemas.
Miro la tele. Me quedan tres días de disfrutar de la playa viendo la televisión en el cuarto. Solo.