Solo otra banda del Este de Los Ángeles
viernes, noviembre 13, 2009
Creo que lo mejor es comenzar con lo obvio antes de entrar en más detalles. Me atrevería a asegurar que todas y cada una de las personas que leen este texto y conocen el nombre de una banda del éste de los Ángeles llamada Los Lobos, es gracias a La Bamba, aquella película de 1987. Y no es de extrañarse, el filme y su respectivo soundtrack gozaron de gran éxito aquí y del otro lado del Río Bravo. De hecho fue el primer disco que yo compré en toda mi vida (bueno, en realidad me lo compraron mis papás en Gigante); inclusive, una vez me hice la pinta para ir a ver esa película, pero no me dejaron entrar por ser menor de edad (aunque no recuerdo que tenga ninguna escena no apta para niños) y terminé viendo una de Bruce Lee.
Ese disco aun ahora me fascina, no hace mucho tiempo que lo he vuelto a comprar (y por comprar me refiero a bajar) porque el otro día vi pasar a un bato pelón y tatuado de los brazos que manejaba un El Dorado color oro (Duh!) con suspensión hidráulica y placas de California, el equipo de sonido hacía vibrar las ventanas de las casas por donde pasaba, y se veía bien padrote condiciendo con una sola mano, recargado hasta atrás en el asiento, lentes oscuros, orgulloso de su origen gringo y su herencia mexicana. En el estéreo sonaba Come On, Let's Go, otro de los covers que los Lobos le hicieron a Ritchie Valens, siendo sus versiones mucho más populares que las del Rocanrrolero que falleciera aquel trágico 3 de febrero de 1959 (el día en que la música murió, como dice la canción American Pie de Don McLean) junto con Buddy Holly y Big Bopper.
No quisiera decir que la principal característica de los Lobos es precisamente su origen latino, para ser más exactos, Mexicano, quisiera poder apreciarlos más por su legado musical pero siendo honestos, a ellos no parece haberles estorbarles el ser abanderados del llamado rock chicano. Comenzaron su carrera a mediados de los 70´s cuando la unión americana vivía el auge de la cultura chicana, Cesar Chavez peleaba por los derechos laborales de los trabajadores del campo, y los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos volteaban hacia sus raíces para darle nombre su indefinición, un grupo de morros de algún barrio del este de Los Ángeles tocaban covers de éxitos del R&B y Rock & Roll de los años cincuentas y antiguas canciones populares mexicanas en bares, fiestas familiares, restaurantes, bodas y donde se pudiera, hasta que lograron publicar su primer material Just Another Band From East L.A. Posteriormente les dio por combinarle instrumentos típicos de la música tradicional mexicana como el acordeón, guitarrón y bajo sexto con las guitarras eléctricas, logrando un mazacote de blues, norteño, country, tex-mex, folk y por supuesto, rock. Sin embargo su sonido se escucha honesto y hasta un tanto legitimo, puesto que fusionaron con naturalidad las influencias musicales con la que Cesar Rosas, Conrad Lozano, David Hidalgo, y Louie Perez crecieron, sin forzar poses como en esa onda llamada Word Beat, formula patentada que se convertiría a la postre en el sello de la banda.
Siguieron los álbums ...And a Time to Dance de 1983 con el lograron el Grammy a la mejor interpretación México-Americana por la canción Anselma (rola que data de tiempos de la Revolución Mexicana), premio que repetirían en 1989 por el disco La Pistola y El Corazon de 1988. The Neighborhood de 1990 marcaría su regreso al rock and roll y un manifiesto de que no se olvidan de su origen y esos barrios angelinos que los vieron nacer.
Destacan también sus colaboraciones con la leyenda de la cultura chicana Don Lalo Guerrero, Ry Cooder, Elvis Costello, los Fabulous Thunderbirds y Paul Simon y su participación en soundtracks para Desperado (a.k.a. Pistolero, a.k.a. El Mariachi 2) por el que ganarían su último Grammy (hasta el momento) por mejor interpretación pop instrumental, y para la serie de televisión Los Sopranos, además de tributos para Sublime y The Grateful Dead.
Sus discos son muchos y muy variados y abarcan los géneros mencionados anteriormente, yo en lo personal me gustan más aquellos donde se enfocan en su vertiente rockera , ya que como dicen “pa frijoles, en mi casa” y si tengo ganas de escuchar música ranchera o norteña, mejor me pongo uno de Ramón Ayala o de Chente Fernandez. La Bamba es un disco maravilloso (por cierto, hay otro disco llamado, La Bamba 2 donde están las versiones originales de los covers del disco, mas otra canciones de los cincuentas), sin embargo la figura regordeta, de Cesar Rosas, barbita de chivo e inseparables lentes wayfarer, me recuerdan a otro disco de covers que hay por ahí, el de la banda de surf, Los Straitjackets, donde Cesar se discute con unos rolas de rock en español de los años sesentas (Popotitos y El Microscopico Bikini) que están verdaderamente pocamadre.