Sobre el día del músico y otras reflexiones personales
martes, noviembre 22, 2011
Tengo rato en que mi actividad en internet se ha visto limitada por las restricciones impuestas en mi oficina. Generalmente encontraba la manera de brincármelas y poder navegar a gusto pero esta vez no he podido del todo. Inclusive, no puedo entrar ni siquiera a mi blog pero me las he arreglado con la maravillosa herramienta que es el Reader y que apenas acabo de descubir. De cualquier modo los blogs están muertos, así que mis visitas se van en tumblrs y páginas de gifs absurdos, rage comics y surfeando aleatoriamente la wikipedia, y voy compartiendo obsesivamente cosas que considero interesantes (tumblr style) en Google+ para agregarle vida y alegría a algo que nació moribundo. Facebook está definitivamente en modo apagado y en twitter solo actualizo alguna pendejada que se va ocurriendo, pero ya no participo activamente y solo me limito a seguir las publicaciones de mis compas, lo cual me creo que me ha hecho mucho bien, porque evito hace corajes con la gente pendeja que sigo en twitter, pero que no terminan de cagarme la madre para darles unfollow; o con aquellos imbéciles snobs que se emocionan hasta el orgasmo por la visita de X artista del que resulta que son fans recalcitrantes, pero una vez pasado el concierto no vuelven a hablar de ellos nunca, si no del nuevo grupo que visite nuestro país.
Pareciera que ahora la gente que asiste a los conciertos solo lo hace por coleccionar el boleto y después olvidarse de ellos, tomar la foto o por decir que ya vio en vivo a tal o cual agrupación sin que se genere realmente una afición verdadera por la música. Creo que esa es una de las reacciones secundarias del impacto del mp3 en el negocio de la música, es decir, no estoy descubriendo el hilo negro ni nada por el estilo, pero la llegada del mp3 significó una revolución musical, las grandes disqueras perdieron su negocio y millones de mini-labels proliferaron como hongos, esto implicó que se eliminaran los filtros de calidad que las grandes corporaciones tenían para elegir aquellos grupos o artistas que tenían potencial de convertirse en músicos populares (lo que representaba ganancias), ahora cualquiera puede grabar su disco y hacerse famoso por la internet, y esa es una de las razones de la mediocridad musical de los últimos años, un montón de bandas que solo general un par de buenas canciones, mientras algunos seguimos implorando la llegada de la siguiente GRAN BANDA que revolucione la nueva década como lo hicieron Nirvana o White Stripes en su momento y que se ha tardado en llegar (¡Hey, estamos entrando al 2012 y aún no ha pasado NADA!)
Mientras tanto, yo no sé a dónde vamos a llegar con todos estos cambios, no pienso permitir que mis hijos paguen por una solo canción, y no estoy dispuesto a dar un paso a tras, que lleguen a sus últimas consecuencias y si la industria musical muere, no tengo inconvenientes en que la música regrese a un estado primigenio donde tenga que escuchar al hijo del vecino tocar antiguas canciones de Arcade Fire.
Pareciera que ahora la gente que asiste a los conciertos solo lo hace por coleccionar el boleto y después olvidarse de ellos, tomar la foto o por decir que ya vio en vivo a tal o cual agrupación sin que se genere realmente una afición verdadera por la música. Creo que esa es una de las reacciones secundarias del impacto del mp3 en el negocio de la música, es decir, no estoy descubriendo el hilo negro ni nada por el estilo, pero la llegada del mp3 significó una revolución musical, las grandes disqueras perdieron su negocio y millones de mini-labels proliferaron como hongos, esto implicó que se eliminaran los filtros de calidad que las grandes corporaciones tenían para elegir aquellos grupos o artistas que tenían potencial de convertirse en músicos populares (lo que representaba ganancias), ahora cualquiera puede grabar su disco y hacerse famoso por la internet, y esa es una de las razones de la mediocridad musical de los últimos años, un montón de bandas que solo general un par de buenas canciones, mientras algunos seguimos implorando la llegada de la siguiente GRAN BANDA que revolucione la nueva década como lo hicieron Nirvana o White Stripes en su momento y que se ha tardado en llegar (¡Hey, estamos entrando al 2012 y aún no ha pasado NADA!)
Mientras tanto, yo no sé a dónde vamos a llegar con todos estos cambios, no pienso permitir que mis hijos paguen por una solo canción, y no estoy dispuesto a dar un paso a tras, que lleguen a sus últimas consecuencias y si la industria musical muere, no tengo inconvenientes en que la música regrese a un estado primigenio donde tenga que escuchar al hijo del vecino tocar antiguas canciones de Arcade Fire.