Sangrón
lunes, enero 23, 2006
Estoy enfermo y pero no sé, no es tanto lo físico lo que me puede, es más bien una especie de enfermedad del alma, siento que se me pudre poco a poco y comienza a descomponer todos los aspectos de la vida que me rodea (menos tú), quisiera que esa fermentación se quedara sólo conmigo, para mis adentros, y seguir con mis infiernitos sin que les afecten a nadie más pero a veces la mierda se desborda y soy yo quien debe de limpiarla. Siento que cada día me amargo más, no me consuelas las chaquetas, ni la mota, ni el fútbol, Tengo mucho odio dentro de mí, odio a esos chicos que caminan por la banquetas con su morrita bonita al lado, todos cool y valiéndoles verga la vida mientras que uno vale verga en la vida, soy muy envidioso y odio ser envidioso, odio a todo aquel que tiene lo que yo no, quién tiene más dinero, quién haya logrado lo que yo he fracasado, odio aquel que tenga un Ipod más chido que el mío, odio profundamente al América, odio la idea de que algún día voy a morir pero también odio la vida como hoy, odio a Shakira y su manera de cantar y de mover ese culo ancho, pero sin carne, odio cuando me pongo pedo y me pongo a halar por horas sobre cosas que solo me interezan a mí, odio defraudar a la gente y odio también que la gente tenga muchas expectativas en mí y odío que me menosprecien o me ignoren, odio cuando me quedo callado con las ideas revoloteando en mi cabeza y no soy capaz de hablarlas y mucho menos de escribirlas (que esperanzas, y no es mentira cuando les dije que escribir era lo único que podría salvar mi vida) y ahí se quedan echándose a perder y pudriendo todo lo que les comenté antes (Menos a ti), odio los viernes, odio que me falten guevos para hacer lo que se me de mi chingada gana (y lo peor de todo es que parece que lo hago) y odio estar haciendo estos pinches berrinchitos en mi culo de blog. Me odio a mí mismo. No, la verdad no me odio, más bien a veces, pero sólo algunas veces (como hoy) me caigo bastante gordo.
Epilogo: Supongo que esto significa que mi mundo está a punto de derrumbarse otra vez para volver a levantarme de la basura, como lo he hecho tantas veces y cada una de ellas he terminado donde mismo ¿algún día esto acabará?
Portada del Libro: Mala Onda, de Alberto Fuguet, uno de mis favoritos. Este libro lo conseguí en la Feria Internacional del Libro cuando Chile fue el país invitado. Tengo muy buen recuerdo de él ya que vagaba por los stands sin buscar ningún libro en específico hasta que me lo topé. Supongo que a ustedes les ha pasado lo mismo ya sea con un disco, película o algo así. El libro me dijo “¡llévame!”, no, más bien me lo ordenó, pero no me dijo “Llévame”, me dijo “¡Léeme!” y yo obedecí. Cabe decir que no era un libro barato (tampoco caro) pero había una necesidad imperiosa de hacerme de esas páginas ya hubiera sido robándolo (deporte oficial de la FIL), aunque éste no fue el caso. ¿De que trata? Sobre las a(des)venturas de Matías Vicuña, un cabro chico que sufre una crisis existencial durante el plebiscito que ratificaría la dictadura de Augusto Pinochet en 1980, ya saben, onda El Guardian en el Centeno, De perfil o Parque Metropolitano y todas esas novelillas juveniles (iniciaticas les dicen) que tanto me gustan. Les recomiendo ampliamente su lectura pero están pendejos si creen que les voy a prestar mi ejemplar, consíganse el suyo.