BESTIARIO
viernes, febrero 29, 2008
Primero fueron
Las momias de Guanajuato
Luego
PICARA historia en la que se basó la famosa película protagonizada por mi paisano Antonio Aguilar Q.E.P.D.
Seguida por
El Vampiro De La Colonia Roma
Regalando calcetines en navidad estaban:
Recientemente:
La Mataviejitas
(que le gustaban las luchas y no tenia nada que ver con las películas del santos)
(que le gustaban las luchas y no tenia nada que ver con las películas del santos)
El comer de tu carne jamás tuvo un sentido tan literal con
El Caníbal Poeta de la Guerrero
Finalmente llegan a nosotros desde las penunbras de la region valles los:
Estos darkis rancheros son de los chingones, de los meros meros satánicos y no esos góticos llorones que se pasean los sábados por el tianguis del chopo en el DF. Estos si son darketos como los que se dan en Jalisco chingadamadre.
Para más información, chutense la siguiente nota:
Darks profanan cien tumbas en Ameca
Por: Fabián Acosta Rico
Estos días tuvimos una luna con tonalidad de sangre, luna de eclipse, mística y misteriosa; mejor postal no pudo brindarnos el cielo nocturno para hablar de estos “hombres y mujeres de negro”. ¿Quiénes son estos personajes estrafalariamente elegantes que irrumpieron en la estampa urbana; jóvenes de vestimentas antiguas, uñas negras y botas; niñas disfrazadas de muñecas oscuras que fascinan por su evocadora tristeza; adolescentes maquillados con tonos anoréxicos? Los nombran de muchas formas: darks, góticos, vampiros... Hay entre ellos un común denominador: dicen beber de un mismo cáliz: la oscuridad; la evocan y llevan con ellos todo el tiempo, aun de día.
Esta tribu urbana no pasaba de ser una rareza más en el catálogo sociológico inventado por la posmodernidad; una entre tantas que se ganó, al menos en la capital de la torta ahogada, su derecho de piso en el sabatino tianguis cultural de la plaza Juárez. Pero un hecho reciente le ha dado a este grupo repentina notoriedad. ¿Qué hecho?
Radio Universidad de Guadalajara, en su noticiero matutino, dio la nota: en Ameca, Jalisco, cien tumbas habían sido profanadas. Indagamos en diversos noticiarios y recorrimos el ciberespacio sin encontrar ninguna referencia. La nota especificaba que los profanadores integran un grupo de darketos que, desde hace meses, sentó sus reales en el municipio y su número crece de manera exponencial. Sacerdote y profesores de la localidad afirman que los líderes de este movimiento enrolan a jóvenes retraídos, marginales, con problemas de identidad y adaptación. No se sabe si los iniciadores son de Ameca, pero hay la sospecha de que varios dirigentes y prosélitos son de Guadalajara.
Los lugareños están asustados. No es para menos; el asunto no se reduce a vestimentas y creencias. En
Ameca, un grupo de jóvenes ha llevado su culto a un nivel más allá del simple exhibicionismo, narcisista y excéntrico. Incurrieron en un delito de grandes proporciones y macabro. Las autoridades han tenido cautela; no han dejado que trascienda y guardan prudente hermetismo. Llamamos a la Delegación Valles Ameca, de la Procuraduría de Justicia, nos contestó Félix Bañuelos, comandante y encargado; con cortesía explicó que la delicadeza del caso no le permitía tratarlo por teléfono y nos concedió cita para responder nuestras preguntas.
Así, nos enteramos que tras la captura de varios supuestos profanadores, por parte de la policía local la reacción de los darketos fue provocadora e intimidante: amenazaron con hacer explotar una gasolinera cercana al cementerio, donde realizaron las exhumaciones, si no liberaban a sus compañeros.
Las investigaciones continúan. Los darks que asolan el municipio continúan reuniéndose a pesar del recelo, desconfianza y hostilidad que provocan en la gente; los tachan de ser una secta siniestra y maligna.
Podemos decir que estos acontecimientos no dejan de ser desconcertantes en muchos sentidos. De entrada nos muestra una evolución o simplemente un cambio en el movimiento oscuro. Los darketos, aunque antisociales por naturaleza, no incurrían en conductas violentas o de confrontación con la autoridad o la sociedad.
A diferencia de pandillas o sociedades de corte político, los darks suelen formar grupos pequeños que se reúnen esporádica y ocasionalmente; los más fraternales y convencidos crean o se unen a un “clan” o hermandad para explayar a placer y en complicidad depresiones, fantasías y miedos. Los de Ameca son un caso atípico; para empezar, el entorno donde han prosperado como grupo no es el escenario usual de los dark; el dark es hijo de las grandes urbes, sobre todo de aquellas donde se respira aire cosmopolita.
Estos darks de municipio han renunciado a su característico ocultamiento o bajo perfil. De manera delictiva han alcanzado notoriedad social. Haciendo una lectura objetiva de los hechos, es fácil deducir que el grupo en cuestión pose dirigentes que saben hacerse obedecer, que pudieron organizar a un eficaz y creciente número de prosélitos; la mejor prueba de todo lo anterior son las cien tumbas saqueadas.
Los darks de Ameca son una variante más activa y agresiva de la corriente oscura; al parecer ya no se conforman con pasar una o más horas maquillándose y ataviándose para salir de noche a tomarse una copa de vino tinto en algún bar del género escuchando con otros del clan a Lagrimosa, o viendo alguna película de Tim Burton. Los de Ameca no son pocos, ni están dispersos o aislados ¿serán acaso el nuevo rostro de la comunidad dark de Jalisco? En todo caso urge entablar con ellos un diálogo respetuoso y serio; enterarnos de sus negros o morados labios qué pretenden o desean; de lo contrario, pronto podremos clasificarlos en el apartado de los grupos perniciosos y antisociales.