Yeahhhhhhhh
miércoles, enero 20, 2010
Afortunadamente el primer disco de los Yeah Yeah Yeahs no fue un secreto para nadie, para bien o para mal todo mundo se enteró de alguna manera de la salida de Fever to Tell en el 2003, ya sea por los videos de Date Whit the Night, Y Control (dirigido por Spike Jonze con quien anduvo y ahora colabora con la banda sonora de su película, Where The Wild Things Are) o Maps que circularon más o menos en MTV cuando todavía programaban videos, o alguna reseña medio intrascendente en alguna revista o el algún periódico; yo los conocí por un artículo de un diario que compré en la TAPO del DF en un lejano viaje a Villahermosa, y me llamaron la atención sin haberlos escuchado siquiera.
Fue hasta 2006 con el lanzamiento de Show Your Bones cuando realmente captaron mi atención, aunque claro que Fever to Tell les significó el reconocimiento de la crítica internacional, a tal grado que ese álbum se encuentra ubicado en 5to lugar de los 100 mejores discos de las década de los dosmiles (¿dosmiles? Bueno, si encuentran un nombre mejor para esta década moribunda ahí me avisan; no quiero imaginar cómo se nombrará a la década siguiente) según la New Musical Express y eso no es cualquier cosa. Sin embargo su segundo material formal, ya que cuentan con un par de placas lanzadas previamente (Yeah Yeah Yeahs de 2001 y Machine de 2002), no recibió tan buen tratamiento por la prensa porque según eso le habían bajado de guevos y perdido actitud; sin embargo cuando su servidor se hizo realmente fan fue cuando escuchando Cheated Hearts llegó a mis oídos la siguiente frase “Sometimes I think that I'm bigger than the sound” y me di cuenta que realmente lo eran.
Sí, tal vez Show Your Bones no tuvo el mismo recibimiento que su primer LP, pero les significó la entrada al público masivo quien estaba acostumbrándose al bombardeo sonoro de otras bandas de la escena New Yorkina como Elephant, The Rapture y por supuesto The Strokes. Para cuando se presentaron en Guadalajara su reputación era más que precedida, su concierto fue justo una semana después que el de la banda del momento, Franz Ferdinand, y superaron a los escoceses de calle, presentando una formación del trío original formado por Karen O, Nick Zinner y Brian Chase más un guey (Imaad Wasif) quien le hacía al pendejo con la guitarra y le metía ruiditos extraños a las rolas. Karen O, además de devorarse el micrófono, también se tragó el escenario, imprimiéndole muchos más guevos que los que se escuchan en sus discos, dejando a esta ciudad acostumbrada a presentaciones de calidad.
Sin embargo no se vayan con la finta, la mayoría de las personas que han escuchado su último material It's Blitz!, se habrán dado cuenta que no son los mismos Yeahs, que han madurado y dejaron las guitarras de lado para clavarse en las texturas, y es que es normal, el punk rock es un género efímero que está destinado de origen a diluirse, como la furia adolescente que da paso a la adultez, igual le pasó a Blondie, banda con la que comparten no pocas semejanzas, y la banda seguro se enfocará a presentar las canciones de su última placa, pero tampoco es para asustarse, tal vez It's Blitz! no rockeara como nos tenían acostumbrados, pero es un disco realmente bueno (de lo mejor de éste año sin duda) y es que se nota que Karen O, aquella morrita que lucía como un Ramone joto, se enamoró y sacó un disco realmente romántico y emotivo, al menos para mí es algo de agradecer, que busquen evolucionar y no traten de complacer a un público que tienen más que cautivo y al que no tienen nada que demostrar más que la misma entrega que les vimos hace 3 años.
Al momento que escribo estas palabras, todavía pueden encontrarse entradas, no como otras bandas sobrevaloradas cuyos boletos están más que agotados o se consiguen a precios de burla y en recintos mucho más grandes, como por ejemplo, no sé, coldplay.