Dos crónicas The Rapture en Guadalajara
martes, mayo 29, 2012
Jajaja es la primer vez que me pasa que tengo que cubrir el mismo evento para dos medios diferentes y escribir dos crónicas distintas sobre el mismo evento. No creo haber superado la prueba y creo que ambas crónicas son muy parecidas, pero se me hizo chido el ejercicio y traté de ser profesional al no mandar el mismo escrito para ambos blogs, no sé lo que ustedes piensen, va el primero:
Viernes por la tarde en la ciudad de Guadalajara, el cielo oscurecido da descanso al inclemente clima que ha azotado a la ciudad los últimos días. Es una tarde muy hermosa como para ir a casa a esperar que comience la fiesta, así que me dirijo con la Hermandad del Gallo para jugar ping-pong, destapar unas caguamas y poner rolas de Spaceman 3, Sonic Youth, B.R.M.C y hacer tiempo para la presentación de The Rapture.
A pesar de que el anuncio de su concierto se dio poquísimos días antes, mucha gente no estaba enterada y se sentía que era una especie de presentación secreta, pero la efectividad de las redes sociales se había encargado de esparcir la noticia; al caminar bajo un leve llovizna que no llegaba a “mojapendejos” por la colonia Americana rumbo a plaza de la República, la fauna hipster ya atiborraba el lugar (pero solo los hipsters posers, los auténticos seguro se fueron a una fiesta que no estuvo tan chida porque divertirse es too mainstream). Me sentí orgulloso de vivir en Guadalajara, una ciudad donde estos conciertos son gratuitos (mientras que en el DF los boletos costaron entre 450 y 1,000 baros), los bares de Chapultepec estaban repletos de chicas hermosas y el viento refrescaba con cierto aroma a tierra mojada.
Surtidos con cervezas, ocupamos nuestro lugar en una de las jardineras al fondo de la plaza para seguir nuestra fiesta, podíamos ubicarnos más adelante ya que la gente no estaba tan aperrada y se podía bailar con libertad, pero Guanatos no es una ciudad que se ponga a bailar fácilmente con cualquier grupo, hay que ganársela, por lo que la primera mitad del concierto fue para ir tanteando a los Neoyorkinos. Comenzaron con un par de canciones de su reciente material In the Grace of Your Love (reseñado aquí) (DFA Records, 2011) para ir calentando los motores. Conforme avanzaba la presentación la gente seguía llegando y se tuvo que cerrar uno de los sentidos de la Av. México.
Para cuando House of Jealous Lovers sonó, comenzó a prenderse un concierto que no terminaba de explotar, aunque ya había quienes comenzaron a invadir el otro carril de av. México para ponerse a payasear frente a los carros que trataban de circular, una vez que el automovil podía avanzar, salía otro bailarín al paso por lo que las autoridades de vialidad tuvieron que cerrar completamente la calle. El escenario se veía chingón, una especie de concha o iglú iluminado por luces multicolores y al fondo el Obelisco que resaltaba en el cielo de la noche. La música de The Rapture amenizaba la peda callejera y la caguama banquetera y mucho ayudaba que la banda andubiera borracha para que se animara el concierto; cuando tocaron Echoes la plaza se puso a bailar, aunque ya era demasiado tarde porque ahí terminó su setlist.
Al grito de “Muchas gracias amigos”, regresaron acompensar el baile que apenas comenzó al final del concierto con un encoré de tres canciones de las nuevas y terminaron involucrando al público que se quedó con ganas de fiesta. La gente no se quería ir y la gran mayoría nos quedamos en nuestros lugares para terminar las cervezas, ver a las muchachas pasar y conectarse a los smartphones buscando a algún amigo que también estuviera ahí. Los organizadores del vodka Absolut repartían lentes tipo wayfarer blancos que dejaban claro su público target; los modeloramas aledaños lucían refrigeradores apocalípticamente vacíos y los pepenadores recolectaban las latas de aluminio. La noche era joven y teníamos una ciudad que explorar.
Ahora, va la segunda crónica
La casa de los amantes celosos, The Rapture en Guadalajara
Una ligera lluvia refrescaba y traía consigo el olor de la ciudad la tarde del viernes, la brisa se acompañaba con cierto aroma a fiesta. Pocos días antes se había anunciado la presentación de la banda neoyorkina The Rapture de forma gratuita en la ciudad y a manera de “la nueva correr la voz de oreja a oreja” (entiéndase Twitter y Facebook) la gente comenzaba a ocupar la plaza de la República.
Antes de llegar al lugar, detrás del escenario, había una pasarela donde al parecer se realizó un desfile de modas, pero el verdadero desfile estaba en la calle con las hermosas tapatías de vestidos ligeros que a pesar de lo fresco de la tarde hacían que uno se sintiera afortunado de vivir en esta ciudad donde las chicas son guapas, las calles bonitas y hay conciertos gratuitos.
La presentación comenzó puntualmente alrededor de las 8 y la audiencia no dejó de llegar en ningún momento. Arrancaron con “In the Grace of Your Love” y “Never Die Again” de su más reciente material In the Grace of Your Love (DFA Records, 2011), pero Guadalajara, fiel a su tradición, no se dejó seducir a las primeras notas. Tuvo que llegar su mega hit, “House of Jealous Lovers” para más o menos poner a mover a la gente que utilizaba a la banda como música de fondo para la peda callejera. Las vinaterías aledañas presumían interminables colas de los que estaban más preocupados por agarrar la fiesta que escuchar al grupo, y es que The Rapture no es la misma banda que reventó las pistas de baile en 2003 con eso que les dio por llamar dance-punk, además 2003 queda muy lejos.
The Rapture es un grupo más mesurado y maduro que el que grabó Echoes (2003, Strummer/Universal), su tono es menos desenfrenado y sin dejar sus elementos característicos, ritmos bailables y un fuerte ritmo marcado por el bajo, ahora las guitarras están contenidas y sirven más a un sonido de raíces profundas que al grito desaforado y desmadroso. Ya habían dado signos de estos cambios en Pieces of the People We Love (Motown/Universal2006) y se agradece que busquen la evolución y no encasillarse, sin embargo también es cierto que la intensidad de su música ha disminuido y se disfruta con reservas.
Lo mejor vendría en la parte final del concierto, “Whoo! Alright - Yeah... Uh Huh” despertó a la gente y para “Echoes” la plaza de la República se desbordaba en baile por lo que tuvieron que cerrar los dos carriles de la av. México. Después vino el encore con “Children”, “Miss You” y “How Deep Is Your Love?” Pero no fue suficiente, los tapatíos que se quedaron con ganas de fiesta y muchos permanecimos en la plazoleta para terminar las cervezas, ver a los amigos y buscar dónde seguirla.
Crónica de The Rapture en Guadalajara
Viernes por la tarde en la ciudad de Guadalajara, el cielo oscurecido da descanso al inclemente clima que ha azotado a la ciudad los últimos días. Es una tarde muy hermosa como para ir a casa a esperar que comience la fiesta, así que me dirijo con la Hermandad del Gallo para jugar ping-pong, destapar unas caguamas y poner rolas de Spaceman 3, Sonic Youth, B.R.M.C y hacer tiempo para la presentación de The Rapture.
A pesar de que el anuncio de su concierto se dio poquísimos días antes, mucha gente no estaba enterada y se sentía que era una especie de presentación secreta, pero la efectividad de las redes sociales se había encargado de esparcir la noticia; al caminar bajo un leve llovizna que no llegaba a “mojapendejos” por la colonia Americana rumbo a plaza de la República, la fauna hipster ya atiborraba el lugar (pero solo los hipsters posers, los auténticos seguro se fueron a una fiesta que no estuvo tan chida porque divertirse es too mainstream). Me sentí orgulloso de vivir en Guadalajara, una ciudad donde estos conciertos son gratuitos (mientras que en el DF los boletos costaron entre 450 y 1,000 baros), los bares de Chapultepec estaban repletos de chicas hermosas y el viento refrescaba con cierto aroma a tierra mojada.
Surtidos con cervezas, ocupamos nuestro lugar en una de las jardineras al fondo de la plaza para seguir nuestra fiesta, podíamos ubicarnos más adelante ya que la gente no estaba tan aperrada y se podía bailar con libertad, pero Guanatos no es una ciudad que se ponga a bailar fácilmente con cualquier grupo, hay que ganársela, por lo que la primera mitad del concierto fue para ir tanteando a los Neoyorkinos. Comenzaron con un par de canciones de su reciente material In the Grace of Your Love (reseñado aquí) (DFA Records, 2011) para ir calentando los motores. Conforme avanzaba la presentación la gente seguía llegando y se tuvo que cerrar uno de los sentidos de la Av. México.
Para cuando House of Jealous Lovers sonó, comenzó a prenderse un concierto que no terminaba de explotar, aunque ya había quienes comenzaron a invadir el otro carril de av. México para ponerse a payasear frente a los carros que trataban de circular, una vez que el automovil podía avanzar, salía otro bailarín al paso por lo que las autoridades de vialidad tuvieron que cerrar completamente la calle. El escenario se veía chingón, una especie de concha o iglú iluminado por luces multicolores y al fondo el Obelisco que resaltaba en el cielo de la noche. La música de The Rapture amenizaba la peda callejera y la caguama banquetera y mucho ayudaba que la banda andubiera borracha para que se animara el concierto; cuando tocaron Echoes la plaza se puso a bailar, aunque ya era demasiado tarde porque ahí terminó su setlist.
Al grito de “Muchas gracias amigos”, regresaron acompensar el baile que apenas comenzó al final del concierto con un encoré de tres canciones de las nuevas y terminaron involucrando al público que se quedó con ganas de fiesta. La gente no se quería ir y la gran mayoría nos quedamos en nuestros lugares para terminar las cervezas, ver a las muchachas pasar y conectarse a los smartphones buscando a algún amigo que también estuviera ahí. Los organizadores del vodka Absolut repartían lentes tipo wayfarer blancos que dejaban claro su público target; los modeloramas aledaños lucían refrigeradores apocalípticamente vacíos y los pepenadores recolectaban las latas de aluminio. La noche era joven y teníamos una ciudad que explorar.
Ahora, va la segunda crónica
La casa de los amantes celosos, The Rapture en Guadalajara
Una ligera lluvia refrescaba y traía consigo el olor de la ciudad la tarde del viernes, la brisa se acompañaba con cierto aroma a fiesta. Pocos días antes se había anunciado la presentación de la banda neoyorkina The Rapture de forma gratuita en la ciudad y a manera de “la nueva correr la voz de oreja a oreja” (entiéndase Twitter y Facebook) la gente comenzaba a ocupar la plaza de la República.
Antes de llegar al lugar, detrás del escenario, había una pasarela donde al parecer se realizó un desfile de modas, pero el verdadero desfile estaba en la calle con las hermosas tapatías de vestidos ligeros que a pesar de lo fresco de la tarde hacían que uno se sintiera afortunado de vivir en esta ciudad donde las chicas son guapas, las calles bonitas y hay conciertos gratuitos.
La presentación comenzó puntualmente alrededor de las 8 y la audiencia no dejó de llegar en ningún momento. Arrancaron con “In the Grace of Your Love” y “Never Die Again” de su más reciente material In the Grace of Your Love (DFA Records, 2011), pero Guadalajara, fiel a su tradición, no se dejó seducir a las primeras notas. Tuvo que llegar su mega hit, “House of Jealous Lovers” para más o menos poner a mover a la gente que utilizaba a la banda como música de fondo para la peda callejera. Las vinaterías aledañas presumían interminables colas de los que estaban más preocupados por agarrar la fiesta que escuchar al grupo, y es que The Rapture no es la misma banda que reventó las pistas de baile en 2003 con eso que les dio por llamar dance-punk, además 2003 queda muy lejos.
The Rapture es un grupo más mesurado y maduro que el que grabó Echoes (2003, Strummer/Universal), su tono es menos desenfrenado y sin dejar sus elementos característicos, ritmos bailables y un fuerte ritmo marcado por el bajo, ahora las guitarras están contenidas y sirven más a un sonido de raíces profundas que al grito desaforado y desmadroso. Ya habían dado signos de estos cambios en Pieces of the People We Love (Motown/Universal2006) y se agradece que busquen la evolución y no encasillarse, sin embargo también es cierto que la intensidad de su música ha disminuido y se disfruta con reservas.
Lo mejor vendría en la parte final del concierto, “Whoo! Alright - Yeah... Uh Huh” despertó a la gente y para “Echoes” la plaza de la República se desbordaba en baile por lo que tuvieron que cerrar los dos carriles de la av. México. Después vino el encore con “Children”, “Miss You” y “How Deep Is Your Love?” Pero no fue suficiente, los tapatíos que se quedaron con ganas de fiesta y muchos permanecimos en la plazoleta para terminar las cervezas, ver a los amigos y buscar dónde seguirla.