PJ Twenty
miércoles, septiembre 21, 2011
Fotografías: Miriam Flores La sala esperaba impaciente el comienzo de la función ¿Qué hora son? ¿Cuánto falta? Y justo después de que se apagaron las luces y pusieron el comercial de rigor del Festival de Cine de Morelia, comenzó Twenty de Pearl Jam y alguien gritó, no sé si de mamada o si se le salió del corazón. Honestamente, no soy fan de las películas de Cameron Crowe. Por supuesto que me gustó Almost Famous, pero odio Vanilla Sky, y aunque, cada vez que veo Elizabethtown me gusta más, en general no soy fan. Pero si había alguien idóneo para realizar este documental era él. Seguro recordaran aquella película de 1992, Singles (Vida de Solteros) que a pesar de ser una aburridona comedia romántica en tiempos de los noventas, su soundtrak era rompemadres y en una escena actúan Jeff Ament y Eddie Vedder como los miembros de la banda de grunge de uno de los protagonistas (Matt Dillon). Además se incluyen rolas de Alice in Chains, Smashing Pumpkins y, but of course, Soundgarden. El compact disc también trae la rola Crown of Thorns de Mother Love Bone, cuya muerte por sobredosis de su vocalista, Andy Wood, y es el hilo argumental que une el documental PJ20 (aunque se me hace raro que no hayan mencionado nada de Green River de donde salieron Stone Gossard y Jeff Ament). No hay mucho más que se pueda decir sobre la historia de una banda que se ha estado escribiendo desde hace 20; no es como esos libros que leímos sobre los Beatles, sobre Pink Floyd o Zeppelin, es una historia que ha sucedido junto a la nuestra, a través de sus discos, de sus rolas que se han ligado íntimamente a momentos muy valiosos de nuestra juventud. PJ20 no viene a descubrir ningún hilo negro, es la celebración de una trayectoria impecable. Anécdotas curiosas y lo mejor, presentaciones en vivo únicas e irrepetibles, narradas en un lenguaje visual ameno y bien llevado, pero que podría resultar en ocasiones un poco confuso para el fan villamelón o noobie. El ambiente era como el de un concierto reprimido. A veces daban ganas de prender los encendedores (aunque varios prendían su celular para sacarle fotos a la pantalla) y por ahí se destaparon dos tres latones de cerveza. Lo mejor es la primera parte de la película con footages inéditos y momentos fundamentales en la formación y consolidación de la banda, que miraba atónita cómo el mundo giraba a su alrededor (bueno, de Nirvana en realidad, pero Pearl Jam estaba cómodo dentro del ojo del huracán), ya que fue cuando realizaron sus mejores discos y sus presentaciones eran más intensas, pero el documental narra la transición a convertirse en la banda madura y congruente con sus ideales que son ahora. Lo chingón es que no es solo la vida de Eddie Vedder, sino de la banda en sí, desde una perspectiva de lo más incluyente donde todos tienen su momento específico (bueno, con excepción de los bateristas). Aunque hay algo que me no me gustó tanto y fue el final, y es que, la película no tiene final. Al parecer que la banda se encuentra en un buen momento con su excelente documental en las salas de cine (bueno, en Guadalajarita no quién sabe por qué), soundtrack, libro y gira, un disco solista de Eddie Vedder (Ukulele Songs), y según oí por ahí, tienen listo nuevo material para grabar una nueva placa (chale, a ver si no se chotean), lo que en el peor de los casos les depara un futuro como el de los Rolling Stones. Al salir del cine la gente sonreía y de seguro repasaban alguna rola en su cabeza. Un morrito le dijo a su padre treintañero que Pearl Jam era su banda favorita. Hubo un par de momentos en los que quisieron brotarme las lágrimas, pero la escena que realmente me llegó, es cuando una morra les agradece en nombre de todos los fans por su música, por su entrega en sus conciertos, por existir y después de eso no hay mucho que se pueda decir.