Epigrafe

martes, febrero 03, 2004

-“Hay les va la dientona hijos de la fregada�- dijo Oscar antes de soltar la mula de sises con la que ganó el juego definitivo de la partida de dominó.
-“No mames pinche Oscar. Eso nunca lo había visto. Que alguien ganara soltando la caja de los chescos. Tas cabrón compita ¡Giv mi faiv!�- Dijo Cesar y levantó la mano por encima de la mesa de madera rayoneada a causa del centro metálico de las fichas que se mezclaban cada jueves en la casa de Felipe.
-“¡Verga! –Gritó Chava tallándose los ojos sin poder ver, o creer, que había perdido el juego- Es la forma más humillante de perder, chingado. ¡Con esa es con la que sales, es la primera que tiras! ¡No puede ser!�- Y se acabó lo que quedaba de la caguama que compartía con Felipe.
-“No te claves pinche Chava. Nos ganaron bien�- dijo Felipe.
-“Nel, bien no, los humillamos, par de pendejos. Ahí nos avisan cuando quieran que les quitemos más lana�- Contestó Oscar y tomó el dinero sobre la mesa.
-“¡Verga!�- Dijo Chava sin resignarse y se levantó desesperado buscando algo de cerveza en los envases que sólo tenían espuma.
-“Bueno cabrones, mi compita y yo ya nos vamos. Hay que dormir bien porque mañana tenemos que chingarnos su lana en el bule y el fin de semana es largo y hay mucho que pistiar�- Dijo Cesar tratando de romper la tensión que se respiraba junto con el humo de los cigarros.
-“Ni madres cabrones. Ahorita nos jugamos todo en una partida de dados�- Dijo Chava parándose en el pasillo impidiéndo el paso a sus amigos.
-“No te claves pinche Chava, ya no traes lana, te van a tumbar lo que te dio tu jefa para tus lentes -Dijo Felipe mirando cómo Chava le daba un largo trago a la botella de tequila que estaba en el aparador junto a la mesa- ¡Chava güey, esa botella es de mi jefe. Me va a cagar�-
-“Tú callate pendejo. Esto no se va a quedar así. Ve por el puto cubilete�-
Felipe, resignado, buscó en las gavetas y sacó el vaso forrado en cuero mientras Oscar y Cesar se servían de aquel tequila en unos vasos parecidos a aquél donde iban a jugarse su destino.
-“Ok pendejo. Pero esto va a un solo juego -Dijo Cesar- El que gane se lo lleva todo. Que al cabo vamos a ganar ¿Eda compita?�-
-“Perate cabrón, vamos a agregarle algo más a tu apuesta. La humillada ya nadie se las quita, así que vamos apostando a ver quién lleva a este pinche loser a su casa- dijo Oscar señalando despectivamente a Chava- Como yo gané, tiro al último�-
Chava tomó los cinco dados y los agitó cerrando los ojos, concentrando sus pensamientos en cada uno de los dados. Pensó en sus padres y pidió a Dios que lo ayudara a sacar la mejor combinación posible y así recuperar su honor y no perder el dinero de los lentes, ya que realmente los necesitaba. Y entonces dejó rodar los dados sobre la mesa.
Un diez negro, joto negro, reina negra, rey negro... Todos miraban el dado que seguía girando como un tropo sobre una de sus esquinas. La emoción era demasiada, Oscar puso el cubilete sobre el dado que parecía que giraría por toda la eternidad y una vez que lo levanto un as de corazones negros yacía sobre la mesa.
-“¡Siiiiií. No mames! ¡Ganeeeeeé!�- Gritó Chava levantándose de su silla con todos los músculos de su cuerpo tensos a causa del golpe de adrenalina.
-“¡Verga!�- Dijo Cesar poniéndole fin a su vaso de tequila.
Oscar miraba incrédulo, con los ojos rojos a punto de llorar.
-“Ni modo compita, no le podemos ganar a una flor imperial. Ni modo�-
-“Ni madres -dijo Oscar, tomando con furia los dados antes de meterlos en el interior de terciopelo verde del cubilete. Los agitó rabiosamente para soltarlos de inmediato sobre la mesa, pero sólo consigue hacer una par, nada- Putísima madre�- Dijo con una lagrima que salía de su ojo, sin ningún gemido, sin ningún sollozo. Era sólo una lágrima que salía de su ojo sin que se diera cuenta de que estaba llorando.
Oscar y Chava salieron de la casa de Felipe en silencio y suben al carro. Chava sonrió con un gesto de falsa alegría, nomás para chingar a Oscar.

Dan vuelta en Avila Camacho y un Jeta rojo los impacta haciendo que el carro de Oscar se volteé sobre el camellón. El Jeta se da a la fuga y Oscar sale de entre los fierros retorcidos que antes eran su carro. Saca el cuerpo inerte de Chava y busca en la bolsa trasera de su pantalón para sacarle el dinero de la cartera. Saca también la licencia de manejo sin saber por qué exactamente y lo único que lee es la leyenda que dice “Donador de Órganos�.

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