PRIMERO EL DINERO

miércoles, junio 01, 2005

Rondábamos la ciudad pistiando en el vocho del Meño sin ir a ningún lugar en específico, al principio no hablábamos de nada, yo creo que se debía a que aun estábamos sobrios, pero conforme pasaban las cervezas y los vodka tonics el Gordo, Meño y yo decidimos emborracharnos en un lugar fijo, pero como era primero de enero casi todos los bares y antros estaban cerrados o con ambiente muy cebo, como sea, era mejor dar vueltas como pendejos que pasar el tiempo en la casa en lo que el Gordo llama el domingo más largo del año, así que nos lanzamos primero a los bares que están en Zapopan pero había muy poca gente y nos fuimos a ver como estaba el show en los antros de López Mateos pero la cosa no cambiaba, yo me preguntaba cuál era la razón de buscar algún lugar de ambiente si nosotros no traíamos más intención que emborracharnos simplemente, esto lo digo literalmente porque como les dije en un principio ni siquiera platicábamos entre nosotros, así que era muy poco probable buscar ligar o enfiestarnos, de hecho, a mí me bastaba con tomar cerveza y dar la vuelta en el carro pero seguíamos buscando algún lugar donde quedarnos; las calles de la ciudad estaban muertas, uno que otro carro pasaba y sólo recuerdo a una camioneta con unas morras fresas que parecía que también andaban pedas o ambientadas porque traían unas latas de a litro de cerveza importada y escuchaban a todo volumen un cd con esa música que llaman regeetón y cantaban a todo pulmón mientras bailaban y sacudían la camioneta escandalosamente, mira, son tres, una para cada uno dijo el Meño y volteamos a verlas y estaban bastante buenas, bueno, en realidad no sabíamos si estaban buenas porque no alcanzamos a verles ni el culo ni las tetas, pero tenían buena cara y como dije antes eran chavas fresonas y supuse que estaban buenas, pero cuando las alcanzamos y nos pusimos junto a ellas en un semáforo nos ignoraron y siguieron con su desmadrito, aunque tampoco ninguno de nosotros les dijo nada y cómo, si ni siquiera hablábamos entre nosotros, cuando se puso el verde arrancaron y se llevaron su regeeton a la chingada, nosotros escuchábamos la radio porque al estereo del vocho no le sirve la casetera, apenas le funcionaban las bocinas, que son de computadora, y nos conformamos con los clásicos de los ochentas ya que era eso o escuchar banda grupera o pop, pero no importaba ya que mientras tuviéramos cerveza y vodka tonics lo demás era lo de menos así que fuimos a comprar chelas y vodka a un seven 11, pudimos haber llegado a cualquier oxxo, pero buscamos un 7 eleven porque en los oxxos no venden coronas y comprar pisto en cualquier modelorama como que no, yo no traía nada de lana pero estos gueyes me dijeron que no había pedo, que ellos pagaban, ah bueno, así que compré una lata de a litro de cerveza gringa porque como que está de moda tomar esa basura, he visto a muchos gueyes tomando esas mierdas en fiestas y eventos públicos según ellos viéndose cool con su latota y pues yo quería ver a que sabían y no saben buenas, aunque tampoco saben malas, pero pues mejor tomarte una chela mexicana, menos la Sol o la Superior que saben a miados de burro, pero de ahí en adelante, cualquier cerveza mexicana esta bien, deberían inventar la caguama de Negra Modelo, les dije a estos batos y les pareció estupenda mi idea, después le seguimos por los bares del centro y había más gente y casi casi nos íbamos a decidir a entrar a uno, pero el Meño dijo que fuéramos a ver que tal estaban otros lugares antes de entrar en lo que nos acabábamos las chelas que habíamos comprado, pero los bares que les gustan frecuentar también estaban cerrados o con poca banda, yo creo que hoy toda la gente anda cruda por la fiesta de año nuevo, dijo el Gordo ¿pues ustedes que hicieron en año nuevo? Les pregunte, no pues estuvimos en la casa del Gordo jugando billar contestó el Meño, pero estuvo leve, nomás nos chingamos un cartón entre los cuatro, ¿pues cuales cuatro? Pregunté, No, pues la Yara, el Manuel, el Cesar y yo, nos venimos durmiendo como a las 2:00 ¿y tú que pedo, que hiciste?, pues yo me fui con mi familia, bien loser, pura ñoñez, el abrazo, las uvas, el brindis y su puta madre, buenos deseos y la chingada, ya sabes, para no amargame me lancé a la Penca caminando para comprarme unas caguas pero ya, lo chido fue que cuando iba para allá pasaron unos batos en un tsurito y traían una fusca que iban disparando al aire y me tocó ver como soltaban plomazos cuando pasaron a mi lado, pinche banda loca, la neta no sé por qué es eso de echar bala en año nuevo, les dije, simón dijo el gordo, allá en el rancho de mis jefes les da por salir a la calle con pistolas y rifles y cuanta madre más y ahí están toda la noche soltando tiros y pistiando, pero bien cura guey, me cae que hasta los morritos salen con pistolas, no mames, dijo el Meño, neta, bueno, ponle que pistolas no, pero sí con palomitas, petardos y hasta garbanzos, simón, dije, o de esos pinches palitos con pólvora en la punta ¿Cómo se llaman? Ahh sí, cerillitos, dije, ey, de esos que cuando ya habías tronado todos los que tenías, te agarrabas buscando los cerillitos quemados para pisarlos y que tronaran lo que les quedaba, dijo el Meño, pues sí me tomé dos caguas y a jetearme y ya, que bueno que vinieron por mí porque la neta pinche día aburrido, y luego en la tele no dan nada, puro pinche fútbol americano colegial de gueba todo el día, dijo el Gordo, pues yo estaba viendo la primera trilogía de star wars, dije, pinche ñoño, yo también la estaba viendo pero la neta esas movies me dan gueva, se me figura onda de nerds, esas madres nunca me han gustado, no mames, el ñoño eres tú pendejo, dijo el gordo, neta guey, a puro pendejo les gustan esas películas, además se me hacen bien puteadas, si de morrito no me gustaron mucho menos ahora, además si a trilogías vamos están más chidas las de Matrix, dijo el Meño, pues quien sabe, el chiste que ahí estaban enteleridos viendo la tele ¿verdad?, eso sí, dijo el gordo, oigan y que tal se pone ahí, me han dicho que está chidillo el bar, aunque yo nunca he ido, les dije preguntándoles por un antro, nel, pura banda culturosa, puro morro fashion que se sienten intelectuales, se me figura que va pura banda del Centro de Artes Audiovisuales, dijo el Meño, nel, del CUAD, porque ese el bar que suelen visitar los batos de la escuela, dijo el Gordo, con razón, contestó el Meño, ¿y entonces a donde vamos a ir? Pregunté, y el Gordo se chupó el dedo índice y lo sacó por la ventana del carro y dijo, pues a donde nos lleve el viento, simón, además ya se acabó la cerveza, dijo Meño y se paró en el primer oxxo que se le atravesó, todos nos bajamos y nos metimos al mear al baño, ¿entonces qué, a donde vamos a ir? pregunté, pues podemos ir con el Cesar a la manzana, dijo el Gordo, nel, esos batos han de seguro van a estar caguameando en la banqueta fumando mota, contestó Meño, pues a mí no me parece mala idea, dijo el Gordo, miren, como no traigo lana, a donde me lleven esta bien, les dije, pues no sé, ahorita vemos; compramos solamente cerveza, para ese momento el vodka tonic como que ya no entraba y seguimos con la peda móvil buscando un bar, pero como ya casi habíamos pasado por todos los antros de la ciudad fuimos a ver que pedo con los bares gays, no mames, ¿cómo un bar gay? dijo el gordo, pues están chidillos, yo solamente he ido una vez y la neta si me divertí, dije, simón, además la chela esta bien bara, la dan a diez, ey, si es cierto, quien sabe por qué el pisto está más barato en esos lugares, dijo el Meño, simón, ha de ser porque como la banda que va son bien putos pues casi no toman, dijo el Gordo, jajajajajaja, si es cierto, son putos y no toman, dijo el Meño, pues una vez que el Cesar fue a uno se encontró a un bato con el que llevaba una clase en la escuela, y pues el Cesar estaba bien friqueado viendo a los batos besuquearse, pinches bigototes dándole besos de lengüita a otro machín, y pues el bato lo reconoció y fue a saludarlos, pero el Cesar fingió demencia y dijo que no lo conocía, que lo estaba confundiendo con otra persona, aunque supongo que ver a dos morras besarse como que se compensa ¿no? dijo el Gordo, guey, no mames, en la vida real no es como en las pornos, uno se imagina a dos lesbianas bien buenotas acá agasajándose pero por lo general una de ellas está gorda y fea y trae el pelo cortito y se viste con pantalones levis 501, camisas vaqueras y botas de minero, pinches marimachas, dijo Meño, oigan bueyes, ¿y por qué no vamos mejor a un bule?, dijo el Gordo, pues estaría bien, el otro día mi carnal me contó que solía ir mucho a uno que se llama ?El lugar donde todos caen?, bueno, en realidad no se llama así, se llama el ?Eliseos? o el ?Cheos? le dicen, es un bule al que caen todas las putas de la ciudad cuando terminan de chambear en sus antros, ahí abren en la madrugada y está en un segundo piso y la rocola está protegida con una malla metálica, en el primer piso venden menudo para bajar avión, dice mi carnal que ahí iba con sus compas de la universidad y que te venden caguamas que ponen en una cubeta de metal con hielos, así como se ve que te sirven la champagne en las películas, mi carnal me dijo que iban seguido y se ponía bien y varios de sus amigos tenían novias ahí, bueno, no novias, pero que había morras a las que se cogían habitualmente, aunque claro que les pagaban, dijo el Gordo, pues estaría bien ver lospe, me late la idea, contestó el Meño, ¿lospe? Pregunté, simón, los-pe-los-pe-los-pe-los, contestaron los dos marcando el ritmo a gritos, así que fuimos a la zona roja pero al llegar ahí nos pasó los mismo de toda la noche, no nos decidíamos a entrar a ninguno y ahí estábamos dando vueltas a lo pendejo parándonos ocasionalmente a preguntarles a las chavas que fichaban afuera de casas que parecían vecindades, que cuanto cobraban por sus servicios, obviamente eran putas ya que estaban vestidas llamativamente, con baby dolls y lencería de cuero y esas cosas, no pues ¿Cuánto mi reina?, preguntó el Meño, Ay mira mijo, soy gay, contestaron, ahh órale, ¿no sabes donde podemos encontrar morras? Pues cosa que vayan a los lugares que están por aquí, porque en la calle no van a encontrar, nos decían, ¿y donde podemos encontrar morras en la calle? Dijo Meño, pues vayan para el rumbo de San Juan de Dios, porque aquí la calle es de ?ambiente?, contestaron, no, pero las Sanjuaneras están bien culeras, me cae que ustedes están mejores, gracias papi, le decían al Meño, y ahí estuvimos un ratillo cotorreando a los maricones hasta que a lo lejos se vio la farola de una patrulla y los jotos se metieron enchinga a la vecindad como si les hubieran metido un cuete por el culo y nosotros también arrancamos el vocho manejando a una velocidad considerable pero sin rebasar el límite, dimos vueltas a lo tonto para perder a la policía y una vez que nos deshicimos de ellos nos paramos en un antro que se llamaba ?Éxtasis?, ¿Qué pedo, como está la onda aquí?, preguntamos, pues tenemos a las mejores chavas de la zona y la cubeta con ocho cervezas cuesta doscientos, pásenle a ver que tal, sin compromiso, nos dijo y me metí a ver que como estaba el ambiente, había varias mesas llenas alrededor de la pista y batos echando desmadre, hasta había un guey que había ido con su chava, pero lo que realmente me llamó la atención fue una bailarina que me regalaba su desnudez, se paseaba por el lugar solamente vestida con una tanga negra de hilo dental y tacones altos, era rubia y sus nalgas blancas acapararon toda mi atención, me metí a ornar al baño y después salí con mis compas para darles mi informe de los hechos, les dije que las morras estaban dos tres, gordibuenas pero cachondas y felices y entonces por fin decidimos meternos a ese lugar; nos situaron en una mesa en la segunda hilera de la pista ya que parecía que la primera fila estaba reservada a quienes pidieran botella o bien, trajeran buen desmadre, una morra medio fea, pero eso sí, muy buena, ya se había quitado toda la ropa y se masturbaba descaradamente acostada en medio de la pista, nos trajeron la cerveza y nos dedicamos exclusivamente a acabárnoslas y mirar el show, lo chido de los bules es la música, difícilmente en un bar puedes escuchar las rolas que ponen aquí, le dije al Meño mientras sonaba una canción de Cuca, ¡¿qué?! Me respondió, ¡Que en los bules la música está chida! Le grité al oído, ah, sí, sí, contestó, si a duras penas habíamos platicado dando vueltas en el carro, ahora era casi imposible gracias al sonido de la música, toda la gente del lugar cantaba a gritos la canción muy emocionados sin prestarle mucha atención a la morra que bailaba aún sin quitarse la ropa, yo miraba como la morra de tanga negra y tacones altos hacía servicios en las mesas de los comensales, se sentaba sus piernas moviéndoles el culo y las tetas en la cara, me había gustado mucho, de echo ella era la única razón por la que convencí a mis amigos de entrar ahí y ahora sentía una especie de imitación de celos al verla frotándose contra un pendejo sangrón, guey, pues Cuca es la banda de culto de Guanatos, su mejor momento pasó hace muchos años y la gente sigue cantando sus rolas, me dijo Meño, simón, y fíjate que su música es bien básica, puro pinche rocanrroll pesado, tipo el de los rolinstons o aicidici, contesté, para ese entonces ya no crucé ni una palabra más con el Gordo porque me quedaba del otro lado de la mesa y me daba gueba acercarme para platicarle al oído, sí guey, eso solo rock and roll ¡pero me gusta! me dijo Meño justo cuando terminó la rola y pusieron una de Scorpions, esa que empieza con un chiflidito, Wind of Changes creo que se llama, en eso la morra de tanga negra y tacones altos se acercó hacia mí y sentándose en mis piernas me dijo, hola ¿Cómo te llamas?, le dije mi nombre y ella me dijo que se llamaba Yahaira o Tamara o alguno de esos nombres clásicos de teibolera, comenzó a platicarme no sé que tantas trivialidades, qué donde vivía y a qué me dedicaba y quien sabe qué tanto le contestaba yo, pero al parecer era algo interesante ya que estuvimos platicando un buen rato y ella estaba cagada de la risa, de hecho pasaron como 2 morras a bailar antes que me dijera ¿invítame una chela no?, claro, le dije y tomé una chela de la cubeta para ofrecérsela, la miraba profundamente a los ojos dejándole saber mis sentimientos de falso enamoramiento, no, no, yo no puedo tomar de esas, tienes que pedirle una al mesero especialmente para mí, ¿ah si?, oye Meño, préstame lana para invitarle una cerveza a esta morra ¿no?, ha simón, pero me das el cambio cabrón, me dijo y me dio un billete de a mil, oye papi, con eso te alcanza para algo más, me dijo la morra al oído, parándose y llevándome de la mano, que puso justo sobre sus nalgas blancas, a un camerino a un lado de la cabina del DJ donde las vedettes se cambian de ropa, entramos y había algunas chavas desnudas pintándose, al fondo estaba un catre y Yahaira o Tamara corrió una cortina que colgaba de un alambre de una pared a otra, de quién sabe donde sacó un papelito doblado y con su dedo índice y gordo tomó un montoncito de un polvo amarillento y lo inhaló por ambos orificios de la nariz, me tiró sobre la cama y comenzó a besarme en el cuello y en el pecho levantándome la camisa, yo la verdad no estaba excitado, ni siquiera se me había parado, pero empecé a concentrarme al mirar su cabello rubio y la tanga negra de hilo dental que se asomaba en sus nalgas por encima del pelo, pensé en el símbolo de Mercedes Benz, y le ofrecí el billete del cura Hidalgo (Chingo a mi madre si me regresa algo), me dijo que al rato se lo diera porque no tenía donde guardarlo, y entonces desabrochó mi pantalón y comenzó a mamármela y ahora sí que aguebo se me paró, se volteó y comenzó a frotarse el pito sobre sus senos y yo montado en su panza, me la chapaba rico, se le escurría la baba de la boca con los ojos cerrados y comencé a tocarle la chocha, estaba mojada, yo pensaba que para las putas era difícil calentarse, pero Yahaira vaya que mojaba, gemía del gusto y yo sentía que me iba a venir, entonces me fui más abajo y comencé a frotarle el ojo del culo de manera circular hasta que sentí que un líquido de olor acre comenzaba a lubricarlo, y entonces se lo metí por el culo, la puntita solamente al principio, comencé a chorrearme en su cara mientras le metía el dedo en sus entrañas hasta donde me era posible, estaba seguro que le había alcanzado a tocar un cerote que se alojaba en sus intestinos, y tuve la idea de sentir asco, pero el placer de ver cómo su cara y su cuerpo se convulsionaba de placer me hizo olvidar toda repulsión, fue realmente glorioso, una vez que terminé y me incorporé para vestirme, ella permanecía abstracta, impasible con los ojos cerrados tirada sobre el catre, con su tanga de hilo dental negro estirada a un lado de una de sus piernas, inmóvil, Tamara, ten, aquí está tu lana, le dije sacudiéndola por los hombros pero ella no respondía, me saqué un pedote, y salí a buscar a alguien para que la ayudara, le dije a una de las bailarinas que estaban vistiéndose que Yahaira estaba como ida, Ay esta pendeja ya se pasoneó otra vez, me contestó una morra con una cara como de enfado, y sin sorpresa alguna salió caminando rápidamente para avisarle a uno de los meseros que de inmediato entró y la cargó en sus brazos, le ayudé a levantarla cargándola por las nalgas, y el mesero me dijo, usted no se apure compa, ahorita alivianamos a esta morra, para después sacarla del lugar, bien culiado salí a la mesa donde estaban mis compas y les dije que teníamos que irnos de ahí inmediatamente, el Meño tenía cara de encabronado y me dijo, no te gastaste la lana con esa puta ¿verdad?, No guey, aquí esta tu billete, le dije dándole el dinero, pero vamos ya, el Gordo estaba dormido de pedo con la geta sobre la mesa, lo levantamos tambalenate y tomamos un par de cervezas que quedaban, en la puerta todavía nos pusieron las chelas en un baso antes de salir; lo último que recuerdo es que nos paramos a miar en la calle, pero no me acuerdo de cuando llevamos al Gordo a su caso o como fue que me dejaron en la mía.

The End

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