Phoenix en Guadalajara

lunes, febrero 08, 2010

 La lluvia no ha parado un solo instante desde hace dos días, tengo frío y en la calle se escucha a la gente quejarse del clima pero también les da la oportunidad de sacar esa ropa que nunca se ponen, gabardinas y abrigos destinados a empolvarse en los closets, ajustadas chamarras de cuero, además de los accesorios trendy, pantalones entubados, bufandas, sombreros, boinas y ejércitos de lentes de pasta; ahora la banda Indie, hipster, alte-nativa de Guadalajara podía por fin sentirse en como en el primer mundo, al menos en cuanto a la cartelera de conciertos (y en el costo de ellos), ya que esta húmeda noche del primer miércoles 3 de febrero de esta nueva década, se presenta Phoenix en el Teatro Estudio Cabaret.


Mucha gente bonita, bueno, principalmente las chicas, aunque seguramente ellas también han de disfrutar de la audiencia. Pocas personas afuera, se amontonan en la entrada, supongo que más por resguardarse de la lluvia que por las expectativas que levantan las bandas abridoras; no suenan mal, creo que son Siddhartha los que ocupan el escenario, un nombre que ha sonado mucho en la escena local y a quienes la verdad nunca había escuchado (y que todavía no sé si se trata del nombre del guey que canta o de todo el grupo), suenan un poco a Soda, a veces a Azul Violeta, o no sé, se alcanza a percibir ese sello que quién sabe por qué razón distingue a los grupos tapatíos, algo que va cerca del funk pero fresón.
Otro grupo abridor transmite vía internet en una de las pantallas pero la verdad no vale mucho la pena comentar nada más sobre ellos.

Me sitúo cerca del escenario, hay un chingo de extranjeros, gringos, canadienses, europeos, franceses, por supuesto, y los locales que aprovechan para impresionar a sus chicas con sus viajes al viejo continente y su amplio conocimiento musical  “A mí me encantaba Kings of Leon nomás que se volvieron modita, así es Guadalajara weee” y después escucho lo que puede ser el comentario de la noche “Yo la neta nomás conozco 3 rolas”. Jajajajaja, supongo que la mayoría de los que están aquí se encuentran en la misma situación, yo conozco más rolas, pero tengo que aceptar que a mí nomás me gustan 3.

La expectación crece conforme los roadies dejan el tablado a tono para que los franchutes salgan a reventar la noche, las piernas parecen que quieren comenzar a bailar prematuramente y cuando por fin la banda aborda el escenario entre una nube de humo, explotan con una de las que más me gustan, Lisztomania y parece que el concierto será memorable.

Para la tercera canción ya tienen a la audiencia más que entregada. Difícilmente se les puede ver los rostros de la banda pero ¿a quién chingados le importa verles la jetas? ni que estuvieran tan guapos, de hecho creo que uno de ellos tiene labio leporino, además así como que mucho show no traen, sin embargo sus canciones les alcanzan para armarla, se avientan Too Young y luego Napoleon Says. La música y los humos flotan en el ambiente, las chelas se beben o se derraman y las chicas bailan como si estuvieran cogiendo, pero de repente le bajan el ritmo a Fences ralentizando los graves, frenándole la cadencia al concierto y se ponen atmosféricos y clavados en las texturas para tocar Love Like a Sunset.
Tengo sed y voy por más cerveza a la barra, en el camino noto brincos frustrados, siento una especie de energía latente que espera reventar y me encuentro a unos amigos quienes me rolan un cigarro justo cuando comienza Consolation Prizes, mi canción favorita en este momento de la vida y me pongo a bailar y brincar junto con mis compas y esas guitarras que suben y bajan con su rasgueo, aunque la neta creo que se escuchan un poquito mejor en el disco.

Presiento que el concierto ya va a terminar, la banda se asoma para el encore y ya han tocado todas las canciones que me gustan (que resultaron ser más de tres), y sorprenden con una versión medio madreada semi unplugged de Playground Love que la verdad no me esperaba. Pero todavía les falta una más, la que creo que es la más esperada de la noche y cuando comienzan sonar esos punteos afilados de guitarra y el rumor de un sintetizador que hace retumbar todo el lugar, una chica identifica la rola y apura su cerveza hasta terminarla mientras ve emocionada los ojos de su acompañante y lanza el vaso al vacío para ponerse a bailar como loquita, la gente canta “Fa-lling, fa-lling, fa-lling, falling” y creo que no hay mucho que se pueda esperar después de 1901.


La salida es un desastre, hay una cola lenta e interminable para devolver los paraguas que confiscaron a la entrada y no concibo que tengas que esperar bajo la lluvia por un aditamento que sirve para no mojarte.

En el estacionamiento, mientras voy por mi carro, una morra empapada viste una playera blanca amarrada por a la cintura y puede vérsele el brasiere, esta empapada y parece no importarle, el maquillaje se le escurre por la cara y se acerca hacia mí, hace un sonido como el de un puerco mientras me enseña las uñas como una bruja queriendo asustarme. ¿Dónde va a ser el after?

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