Luna Conejo (6ta parte)

viernes, septiembre 05, 2014




No contentos con tantos cambios de ciudad, nos movemos felices a otro pueblo que se encuentra junto a un lago dizque con ondas místicas. En el camión, antes de llegar al lugar, conocemos a dos chicas hermosas y a otra que no lo es tanto. La gorda, es quien inicia la conversación, lo cual nos resulta muy cómodo para personas como nosotros, su nombre es Marisa y es muy fácil cotorrear con ella, es simpática y carga con un maletín como el de una metralleta. Las otras dos se llaman Jana (la clase de mujer de cara borrosa, cuyo rostro sabes que no vas a recordar en toda la vida, pero su cuerpo podría ser reconocible un par de noches) y Laura que es muy bonita y está muy bien, pero parece más interesada en lo que ocurre en su celular que en la vida real. Compartimos transporte rumbo al centro de la ciudad.


Sus pieles son claras como sus ojos, todas orgullosas tataranietas de españoles con descendencia en el D.F, todas tontas de fácil conversación. Al llegar al lugar, se hospedan en el cuarto más caro, nosotros buscamos un cuarto en un lugar más barato a varias cuadras de distancia, quedando de vernos por la noche para ir por unas chelas.
Es difícil abordarlas sin alcohol, así que tomamos ron en el cuarto para llegar pedos a lugar y ahí marear un par de cervezas. Pero la borrachera nos absorbe, hace confusas las horas y llegamos grosera y ebriamente tarde. Afortunadamente están un poco borrachas y a pesar de mostrarnos molestia, después de un rato les sacamos un par de risas, en el momento adecuado en el que se agotan las opciones para continuar la fiesta, y gracias a nuestra habilidad para conseguir alcohol fuera de los horarios permitidos, logramos colarnos al cuarto de su hotel.

Nos enteramos que Marisa toca ukelele y canta un par de canciones antiguas en inglés. Nosotros estamos más ebrios que ellas, ellas están menos calientes que nosotros, nos superan en número pero las superamos en ineficiencia galante. Nos divertimos los 5, pero nadie hace nada para que la fantasía se hagan realidad. Fumamos fino y hacemos tabaco, rondamos temas escabrosos sin éxito inmediato mientras escuchamos música de sus celulares y las chicas ríen en el 89% de nuestros chistes y las botellas de cerveza se vacían, al final no entienden que necesitamos más tiempo para que se les ocurra ligarnos. Laura es la primera que se va dormir borracha, Jana la acompaña, más que por cansancio, por falta de acción, percibe José; y aunque Marisa está dispuesta y se le insinúa a José, nosotros no estamos interesados. Tristemente tenemos que regresar a nuestra habitación donde hacemos chistes muy buenos, pero desganados. sobre lo que la noche inolvidable que pudo ser (y que de alguna manera, lo fue) hasta que llegamos al ronquido.

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