Ir llenando las cosas de significado

miércoles, diciembre 09, 2009

Durante muchos años al acercarse la fecha de mi cumpleaños la sombra de la amargura se cernía sobre mí, el carácter se me hacía más emo que de costumbre y el mero día ni siquiera yo me podía soportar. Ahí estaba sintiéndome la persona más desdichada del mundo por acumular un año más sin haber logrado nada en mi puta vida y por el hecho de ser mi cumpleaños me merecía toda la compasión del mundo que tanto daño me había hecho.

Pero este año dije “chingue su madre, hoy le voy a hacer diferente” y aunque días antes me dio un amague de depresión, me mentalicé para pasármela bien ese día, repetir una mentira hasta que se hiciera real, y ahora viendo las cosas en retrospectiva puedo decir que tuve uno de los mejores cumpleaños que pueda recordar, mi cumpleaños se extendió todo el fin de semana. Comenzó cuando al despertar me encontré mi boleto para Metallica y pues superchingón, igual y lo iba comprar de cualquier manera pero chido que las cosas se materialicen sin ningún esfuerzo de mi parte; después mis compañeras de trabajo prepararon un pequeño festejo de pasillo, pastel (aunque no me gusta el pan), chescos y botanas, digo, eso no tiene nada de raro a todos los cumpleañeros les hacen ese tipo de festejos pero el mío fue diferente porque se incluyeron calabacitas fritas en aceite de oliva y tacos de chicharrón con frijoles y panela, un desayuno de campeones. Ahí fue cuando comencé a darme cuenta de que una actitud positiva atraía otras cosas positivas, y es que los años anteriores que anduve de amargado lo máximo que obtenía era el abrazo de felicitación porque todos sabían que “no me gusta festejar mi cumpleaños”. Hasta me cantaron las mañanitas y a nadie se las cantan, comenzó como broma y payasada pero terminó siendo enserio y yo la verdad me sentí muy honrado.

Después me invitaron a comer a un restaurante de comida italiana y poca madre, rico y barato, se llama Italia Mia y está en Pedro Moreno antes de llegar a Chapultepec y ahí comencé con la peda, un vino tinto y un par de chelas, pizza, lasaña y canelones; por la tarde mi visita al cu-cú cu-cú (que no es el cucucurrucucu, más bien es un chiste local) y a un grupo de lectura donde como regalo de cumpleaños a mis compañeros les entregué una película relacionada con el libro que estamos analizando (me dio por dar regalos en lugar de recibirlos) y cenamos unos tacos y nos lanzamos temprano al Pare de Sufrir porque según eso se atasca, parece que es el lugar de moda porque la gente se desbordaba hasta afuera en la calle. Yo no había invitado a nadie y como el cumpleaños de mi hermana es al día siguiente del mío y ella se festejaría ahí, el pretexto era tener un lugar a donde ir. Algunos amigos se enteraron y avisaron a otros y así fue llegando un bandonón que era más numeroso que el de mi hermana y eso que la fiesta supuestamente era de ella. Yo solo había ido ahí en una ocasión y salí rebotando de pedo vomitando cacahuates con cáscara (quitada previamente) y mezcal de Juchipila (¡¡¡¡aguevo!!!!), la música que pusieron en esa ocasión eran cumbias mezcladas (lo bueno es que no me tocaron las cumbias villeras porque esas me maltripean) y yo creía que así era el cotorreo, medio rascuache kitch, pero ese día, después de unos chairos que enfadaron tocando La Bamba en un chingo de versiones (¿o eran diferentes canciones?) salió un bato que No es DJ y que se revienta con puras rolas del imaginario siempreendominguesco nacional, chale, al principio si me saqué de onda, pero conforme fueron consumiéndose los mezcales y las cervezas ya al rato todo el local gritaba a todo pulmón rolas que quien sabe de dónde nos sabíamos, a la conclusión que llegamos es que eran las rolas que ponían nuestras jefas o las gatas o las tías nacas que se quemaban todas las novelas cuando uno estaba morro y la neta se puso chingón el cotorreo, yo hasta agarré el micrófono para cantar una de Luis Miguel, la neta ya ni me acuerdo cual era.

El vienes tenía pensado irme de pedote con el Morsillo quien supuestamente vendría a la ciudad para la presentación de un libro de relatos del genero negro en la FIL y a darle difusión tapatía a su libro Edificio A, Departamento 69 ( al cual le quiero hincar el ojo desde endenantes que fuera publicado) pero el bato es Pu…ma y se pandió a última hora, en fin, sigue debiendo la visita. Así que fue noche tranquila de chelas y películas.

El sábado era la fecha de la reunión bloggera, la verdad yo me había hecho muchas expectativas, así que voy a soltar algunas impresiones aunque suenen reiterativas.

Por supuesto que hay una diferencia entre la persona que postea y la que uno es en la vida real, de hecho esa fue la razón por la que utilicé un seudónimo durante tantos años en este blog, quien lo escribía era un personaje, una especie de alter ego, e inclusive nunca fue la intención de que Guanatos City Rocks se convirtiera en un blog personal, muchas de las historias narradas aquí ni siquiera fueron reales. Pero de un tiempo para acá, cuando me decidí a poner una foto mía y firmar mis pachequiadas como Héctor Viramontes las cosas comenzaron a cambiar y quise mostrarme como soy, lo que pienso y por ende, ser más autentico, completamente honesto conmigo mismo. Me han dicho que ahí fue cuando todo comenzó a valer madre jejejejejejeje pero pues es mi culo de blog y aquí yo me cago como quiera, ya estaba cansado de tratar de hacerme el chistosito y escribir para complacer a los lectores y aparentar estar bien cuando realmente no lo estaba.

Por eso era importante para mí ese día, porque era una especie de quitarme la máscara, de enfrentar algunos demonios, de hacer las cosas de manera diferente, abrirme a hacer nuevos amigos y enfrentar esa puta timidez y vergüenza que tantos estragos me ha dejado, por eso me refiero al título de este post como el ir llenando las cosas de significado, todos estos eventos sumados a la fecha de mi cumpleaños hacen que los efectos negativos se anulen y que los acontecimientos adquieran una dimensión más grande que la que realmente tienen, el hacer las cosas con un propósito más allá del que tienen implícito.

No sé cual sea la impresión que les causé a aquellos que me conocieron personalmente ese día, creo que el tiempo no fue suficiente para platicar mejor, aunque las cosas que se dijeron estuvieron muy chingonas, sin embargo yo en mi mente tenía un chingo de cosas de qué platicarles y no sé, jajajajajajaja las cosas afortunadamente fueron diferentes a lo que había imaginado (en lo formal, porque en esencia creo que se cumplió con creces el objetivo). Yo resalto de todo esto las siguientes cosas, creo que el enfrentar las situaciones con una actitud positiva atrae cosas positivas; después de todas las broncas para darme cuenta del valor de la amistad, ahora valoro mas a mis amigos, que el dar desinteresadamente en lugar de nomás estar esperando recibir también está chingón, que hay un putamadral de gente allá afuera que es interesante y que vale la pena y que nos buscamos como imanes que se abren paso y que no se vale encerrarse en una puta burbuja de confort porque por estar a gusto uno se pierde de un friego de cosas chingonas, y pues básicamente el no dejarme vencer por miedos pendejos. Y la neta ya sé que suena trillado y mamón y hasta cursi pero lo que principalmente rescato es el hacer las cosas con el corazón.

Al día siguiente me desperté con ganas de regresar con todos los bloggers, como si todavía estuvieran ahí, físicamente y los tendría a mi completa disposición como puedo hacerlo cada vez que se me antoje con sus respectivos blogs.

Epilogo: Llevaba años festejándome solitariamente en la FIL, atascándome de libros robados y unos cuantos comprados. Este año no fui ningún día a la FIL y por ahí dicen que me perdí a Ozomatli y a los Lobos, por los demás, pinchi FIL es la misma chingaderas, libros igual de caros que en cualquier lado y un montón de gente que Finge que le Interesa Leer. Chingón por el Guffo y mis compas que en un esfuerzo (re)colectivo lograron un muy bien libro de Blogs del fin del mundo, que chingón la neta, a ver si el próximo año me animo a sacar el mío.

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