Una noche inolvidable con Paul McCartney en Guadalajara

lunes, mayo 07, 2012



Las cervezas corrían con fluidez y cuando las luces se apagaron para mostrar a Paul ocupando el escenario, el rumor de la gente inundó el lugar al sonar los primeros acordes de “Magical Mystery Tour. No podía creer lo que estaba presenciando, cuando vino aquella vez en 1993 con The New World Tour era demasiado joven para ir al DF a verlo,  regresó con la Driving Tour de 2002 (donde conformó al excelente grupo de músicos que desde entonces lo acompañan) pero yo era demasiado pobre, afortunadamente pude ver su presentación por internet para la Up and coming tour de 2010 y ahora mis oídos eran testigos directos de aquellas canciones que tantas veces he escuchado en mi vida.

Paul McCartney es un tipo al que le gusta su trabajo, se nota, su desempeño en el escenario es desenvuelto y se permite bromear y hacer pasitos mamones. Sucedieron las rolas de rigor “Paperback Writer”, “The Long and Winding Road”, “I’ve Just Seen a Face”, “Ob-La-Di, Ob-La-Da” (que no se salvó del cliché en estas tierras de ser acompañada por un mariachi) y las clásicas de su otra banda Wings Jet,Let Me Roll It,Band on the Run y Live and Let Die“ que iluminó el cielo y el escenario con fuegos pirotécnicos. Para cuando tocó “Blackbird”, unas lágrimas se me escaparon, no es que esa canción sea mi preferida pero supongo que el llanto era inevitable, no había algún pensamiento en particular que escurriera por mis ojos, simplemente una sensación de agradecimiento invadía mi ser, estar rodeado de mis personas queridas escuchando la música con la que crecí y a pesar de que Paul compuso esas canciones, pertenecen a todos los que las hemos hecho nuestras escuchando sus discos, a los que meneaban las manos rítmicamente en aire, a John, a George, a Linda y a todos los que ya no están aquí.

Los visuales diseñados específicamente para acompañar a cada una de las canciones en las enormes pantallas que flanqueaban el escenario merecían atención a parte, mostraban imágenes personales de su época con los Beatles, fotografías de sus hijos, de la enorme luna que brillaba por encima del estadio, de nuestro planeta tierra flotando solitario en el universo. Pero me concentré en la música, prometí escuchar y no cantar junto a él como es costumbre en los conciertos, sin embargo me clavé en los coros que magníficamente interpretan sus músicos de acompañamiento Paul Wix Wickens, Rusty Anderson, Brian Ray y en específico, Abe Laboriel Jr quien sobresale y participa activamente en el espectáculo. Para estar en un estadio de fútbol donde la afición forzosamente está dividida, esta vez todos estábamos unidos para cantar juntos “Na na na nara na na, nara na na, hey Jude


Después de casi tres horas de concierto y setenta años encima, no es necesario gritarle “culeeeeeeroooooo, culeeeeeeroooooo” para que salga otra vez. Para el segundo encore  nos puso a bailar con la que fue mi favorita de la noche “I Saw Her Standing There” cerrando con el meddle final del Abbey Road: Golden Slumbers“, “Carry That Weight” y “The End” Después de esto o hay nada más que hacer que apagar las luces y marcharnos del estadio.

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