sad days and sparkling nights
viernes, julio 16, 2010
A veces las ideas son tan delgadas que no caben en un post. El otro día leí que la esencia se concentraba en 140 caracteres y que lo demás era paja, pero tal afirmación es como resumir el acto sexual simplemente al orgasmo.
(Aquí este post corre el riesgo de convertirse en una arenga contra twitter pero, estos hermosos días nublados merecen más que despotricar contra una estupidez que no vale la pena)
Sad days and sparkling nights, me gusta cómo suena esa frase, me gusta cuando una frase llega a mi cerebro y resume la substancia de tu vida, me gusta la palabra sparkling, es, ¿cómo decirlo?, chisporroteante.
El día de ayer fue un día perdido, todo lo escrito desapareció cuando la computadora me preguntó si quería guardar lo que había hecho y pendejamente le dije que no. Fue horrible darte cuenta que no hay nada que se pueda hacer en estos casos, como dar un paso en el vacío y querer regresar tu andar mientras vas cayendo. Palabras que no regresarán, que aunque quisiera volver a escribirlas no creo que valga la pena, murieron y lo mejor es dejarlas descansar donde quiera que se encuentren.
He estado leyendo algo de poesía últimamente (no mucha, tampoco es para tanto), poetas amateurs principalmente. Nunca me ha gustado la poesía, la encuentro absurda y vacía, pero me gusta como las palabras adquieren ese poder al combinarlas con otras, que forman frases hermosas pero muchas veces carentes de significado como las canciones de Gutavo Cerati,
Por la noche las ideas se agolpan todas de repente y me roban el sueño, planes, pasos, acciones desfilan ante la pantalla en la que se convierten mis párpados cerrados y la cama me cala por lo que salgo a la calle apenas manchada por el chispeo de la lluvia. Un aroma dulzón flota por todo el ambiente y me abstrae de mis pensamientos ¿se habían dado cuenta de que la lluvia potencia todos los aromas? Si no me creen, échense un pedo en la regadera para que vean de lo que estoy hablando.
La palabra del día es oquedad