viernes, septiembre 08, 2006

Me siento confortablemente apendejado, han pasado varios días desde que me llegó esta maldita enfermedad que un día va a terminar por matarme, no sé por que lo sé, pero a menos de que muera en algún accidente o alguien me mate, moriré por problemas respiratorios. Y además me encanta fumar, sentir el golpe de la nicotina en mi cerebro al fumar el primer cigarro del día (en ayunas es mejor), mierda. Me he propuesto una vez más dejar de fumar, mi estado de animo está de la chingada y no he podido dejar de pensar en un cigarro (solo uno) pero a veces pienso que mi vida necesita algo de conflicto, soy feliz, lo he dicho muchas veces y no miento, pero a veces pienso que este nivel de confort no me esta llevando a ningún lado, así que he comenzado una lucha interna (cuando la mayoría de la gente busca estar contenta consigo misma), templar mi espíritu y probar mi voluntad, que es algo que me ha fallado desde que tengo memoria. Sé que son pendejadas y nimiedades pero por algo se empieza.
No estoy realmente convencido de querer dejar de fumar, sé que me hace mal pero me gusta y no me quiero morir. Busco pretextos y concesiones, “solo un mes” o “Solo voy a fumar en las pedas” y de alguna manera trato de acomodar mis pensamientos para que estén de acuerdo con lo que hago y ahí es donde mi voluntad se va al carajo. O tal vez no he entendido el concepto de Voluntad, voluntad significa hacer lo que uno se propone hacer, el pedo es que no he tenido la voluntad de sostener mis decisiones y las cambio según mi conveniencia.
No sé, tal vez no gane nada dejando de fumar (más que algunos años más de vida, años que cobraré cuando sea un anciano inútil) pero creo que si logro vencerme a mí mismo, mis hábitos y costumbres, seré más fuerte.


Mala idea poner esta imagen, ya se me antojo un puto cigarro (solo voy a fumar cuando me ponga a escribir)

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