Hechos del fin de semana

lunes, marzo 09, 2009

Hacía tiempo que no iba a comer al restaurant Las Vías, al original original, aquel que está en Patria y Washington justo a un lado de las vías del tren (duhhh). Era ahí donde ponía las monedas en los rieles para que quedaran aplastadas como tortillas cuando el ferrocarril les pasaba por encima, creo que eso es algo que todos hemos hecho al menos alguna vez y bueno, el chiste es que además de los totopos con diferentes salsas que sirven para aplacar el apetito en lo que te sirven la comida, ahora cuentan con una barra de ensaladas, de donde me atasqué vorazmente, antes de chingarme una de las famosas tortas cubanas con una chabelota de agua de mango que más bien parecía licuado de mango pero putssss, delicioso.

Rato después no sé si el agua de mango me soltó el estomago pero terminé con una diarrea que hizo pegara carrera dos veces seguidas al baño más cercano en la calle 2 donde esperaba para entrar al Indi-O fest.



La primera evacuación salió onda tejuino como normalmente pasa, pero en la segunda fue donde me preocupe ya que la excrecencia era de un color rojo vivo y a causa de que la edad y el alcohol han comenzado a pasarme facturas, pensé que tenía una hemorragia estomacal o algo así de grave. Ya me hacía enfermo de cáncer o de jodido alguna ulcera culera que me llenaba la panza de sangre. La preocupación me duró poco porque me acordé que me había zampado generosas dosis de betabel en la ensalada.



El domingo salí a comer con mis padres y nos fuimos todos apretados en la cheyene de mi papá (que no me piensa heredar por cierto), uno de mis sobrinos, esculcando entre el cochinero que había adentró, encontró un objeto de color morado brillante y de metal, curioso a la vista. Preguntó que qué era eso pero mi papá no contestó y mi mamá no sabía, entonces me lo paso para analizarlo y me percaté de que era un rocket, hitter, bala o no sé qué tantos otros nombres tienen esas pipás metálicas para fumar mota. Todavía tenía residuos de ganja.




Ya había dicho que estaba en calle 2 esperando a entrar al Indi-O Fest, la verdad es que a la banda que yo quería ver era a Los campesinos, digo, no es que fuera la gran cosa pero realmente quería escuchar a un grupo que sonara guitarrero, alegre y desmadroson en vivo pero las chicas con las que iba, tenían especial interés en ver a un grupillo chilango llamado Hello Seahorse. El pedo fue que por motivo de que en esas mismas instalaciones realizaron Papirolas, el concierto comenzó a las 10:30 y las bandas abridoras solo tocaron 3 canciones y Hello Seahorse ya había realizado su presentación, así que decidimos ahorrarnos los 690 pesos que íbamos a pagar en la entrada y nos fuimos a bebérnoslos a un bar que esta cerquita del edificio de la MugreG (por cierto muy chido el lugar, chiquito, intimo, cómodo y con buena música), casi las convenzo de que con el dinero que nos ahorramos, fácilmente podríamos entrar a un bule (ahí pa la otra).

Ya vi Watchmen y me gustó un chingo, tengo pensado escribir un post sobre la película pero quiero verla otra vez antes de escribir al respecto.

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