CHOCO 14

De regreso a la ciudad nadie hablaba con nadie, en el radio venían escuchando un casete de Pink Floyd y a todos les habían agarro down (Se le s había bajado el avión) se sentían apachurrados y no era para más, Pink Floyd siempre da pa abajo.

Dejaron a Mónica y Blanca en sus casas y fueron a dejar a Karla. Karla fue la única que se despidió del Choco.

Se estacionaron en el parque y se sentaron en un prado que ya estaba seco y lleno de chorritas (colillas de fuetes), bachas (Igualmente colillas, pero de cigarro) y corcholatas de caguamas, porque ahí era donde se juntaban todos los días.

-“Que ondas Meño, pues ármate el último carrujo (Chora, pero completa) o qué. Para dormir a gusto pues”-

El Meño estaba sentado con las piernas cruzadas, sacó lo último que le quedaba de mois y la espació en la entrepierna sobre su pantalón para comenzar a limpiarla. Con gran maestría quitaba los cocos y las ramas, hasta que quedó lista para ponchar. Armó el cigarro y lo prendió. Se echó un tanque y después se lo pasó al Choco. Dijo sosteniendo el aliento:

-“Simón. Para dormir como borreguito chipilón”-

El Choco soltó la risa y sacando humo por la boca mientras continuaba riéndose preguntó.

-“Y esa pinche palabreja. Te la acabaste de inventar ¿eda?”-

-“No cabrón, sí existe. Revisa si quieres el diccionario pequeño Larousse de la lengua española –El Choco seguía inhalando con los ojos rojos y vidriosos, mientras que escuchaba atentamente al Meño- No. Tú que chingados vas a andar agarrando un diccionario. Tus únicas lecturas son el Capulinita y el Mil Chistes”-

El Meño agarro la galleta (Carrujo) y continuó fumando. Después de reflexionar un rato dijo.

- “Chipilón es algo así como tierno o dormido… chipilón pues, esa palabra sí existe”-

(ya mañana se acaba)