Post dedicado al Pedazo de Mierda

martes, julio 06, 2004

En vista de que uno de nuestros más distinguidos visitantes, el Pedazo de Mierda, se ha mostrado inconforme con los aires de melancolía y filosofía Zen que han invadido la Redacción del Guanatos City Rock On Line, hemos decidido dedicarle este sentido post-homenaje. Sin más, se los presentamos:

Ayer no hice nada importante, sólo vi a una niña gordita de unos 11 o 12 años que llevaba una playera blanda que decía “Fuck me, im famous� y parecía no importarle, caminaba quitada de la pena con su cara regordeta y sonriente, y esas pequeñas pecas de sus mejillas, esperando que algún valiente le tomara la palabra. La verdad, pienso que ni ella, ni sus papás, sabían lo que su playera decía. Me gustaría ver cuando se lleve esa playera a la escuela y algún listillo le haga saber el mensaje.

Como les decía, no ocurrió nada que merezca la pena comentarse, ahh, sólo que me aventé una cagada de campeonato.
Sentía unos intensos retorcijones en los intestinos que hacían que casi me cayera al suelo. Corrí al baño y llegando a la puerta sentí que soltaba la mierda, el cerote me estaba cogiendo, entraba y salía de mi culo como si tuviera voluntad propia. Un escalofría me hacía temblar. Apenas bajé mis pantalones y antes de que mis nalgas tocaran el asiento del escusado, la caca ya estaba cayendo al agua, se avecinaba una tremenda surrada.
Tomé la primera publicación que tuve a la mano. Es indispensable tener algo que leer al momento de tirar los lodos. En otras ocasiones he tenido que leer los ingredientes de la pasta de dientes o el correcto modo de empleo del shampoo a falta de una buena revista. Pero esta vez había un TV notas (que está mejor que el TV novelas) y una buena lectura amarillista de chismes de farándula, es ideal para defecar.
No tuve que pujar mucho ya que los mojones eran suaves y esponjosos; largos, esos sí, y bastante apestosos, si aun estuviera fumando me hubiera gustado prender un cigarro para camuflajear el olor que era tan denso, tan espeso, que casi se podía tocar.
Al llegar a la página 15, donde venía un reportaje de la Tigresa, posando en bikini, cuando me cague, literalmente, del susto. Fue tanta mi impresión que sentí que la mierda, o el agua, no lo sé, salpicaba mi trasero, y tuve que bajar la palanca de depósito, ya que resultaba antihigiénico continuar cagando en esas condiciones, completando así el primer viaje.
Pero aun quedaba materia fecal en mis intestinos y una avalancha de sonoros pedos anunciaban su llegada.
La tónica continuó igual, kilos y kilos de mierda salían de mi culo y parecía que no tenían final. Varias gotas de sudor se escurrían por mi frente recorriendo mi cara y mis ojos vidriosos. Y al fin se detuvo. Mi fundillo estaba ligeramente adolorido, pero mi cuerpo experimentaba una sensación de bienestar de tintes casi místicos. Mi rostro reflejaba un rictus de cansancio, pero mi boca esbozaba una ligera sonrisa de satisfacción.
Miré la revista y sus páginas revelaban a la voluptuoso secre de Brozo, y aprovechando mi estadía en el baño, aproveché para tejerme una sabrosa puñeta. Escupí en mi mano y comencé, pero de eso mejor después les platico.

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