25 watz
lunes, septiembre 05, 2005
La luz débil de un foco de 25 watz ilumina tu cuarto donde hay tres camas individuales, las paredes son del color del cemento, están sin ninguna clase de pintura. Tengo mucho sueño, mis ojos están cerrados y estoy a punto de caer dormido. Tu hermana descansa en la cama de en medio esperando que las luces se apaguen para dormirse definitivamente, sonríe como recordando el día que hemos pasado todos juntos. Quisiera que las imágenes que pasan por mi cabeza también fueran de este día, pero no logro acodarme de nada, es como si yo no hubiera estado del todo con ustedes, contigo, sólo puedo pensar en el presente, en este momento antes de dormirnos en tu cuarto y eso más que producirme frustración me desespera en sobremanera ¿Qué pasa conmigo? ¿A caso no soy capaz de tener el control de mi vida, aunque sea en mis recuerdos, en mi memoria? ¿Me estoy volviendo loco o pendejo?
Seguramente fue un excelente día porque te escucho cantar una canción mientras te quitas el maquillaje en el cuarto de baño. Mi mente se disuelve en la ausencia de mis recuerdos hasta casi quedarme dormido. Y entonces entras tú y el ruido que haces me trae otra vez a tu cuarto.
Caminas sobre tus rodillas y manos para acostarte en tu cama, el muslo de tu pierna se estira acomodándose, tu piel como de bronce brilla con el reflejo de la frágil luz de los 25 watz. Llevas un pequeño short de tela delgada y una blusa sin mangas que hace juego. Antes de meterte bajo las sabanas estiras tu cuerpo por un bostezo, levantas tu pierna, se estira tu short y alcanzo a verte un pedazo de nalga. No sé si es real, estoy apunto de excitarme -“buenas noches”- dices y apagas la luz.