Fin de semana en un Bosque Discoteque
lunes, junio 28, 2004
Sigo sin fumar, les informo. A pesar de que siempre he sido de voluntad débil, he evitado fumar y nomás me la paso saboreándome los cigarros ajenos. El estar sin fumar realmente me hace sentir mejor, siento un mayor control de mà mismo, de mi cuerpo y de mis pensamientos. Aunque extraño el mareo que me provocaba ese cigarro en ayunas y el humo que llenaba mis pulmones y mandaba el golpe de nicotina a mi cerebro, el exhalar bocanadas de tabaco, ahhh, extraño fumar pero ni modo.
En cuanto a pistear eso si que no he podido (ni querido) dejarlo. El viernes pasado el TapatÃo, su morra (Mar) y un par de amigas más, me invitaron a salir, eras las mismas viejas con las que fuimos a la Fiesta de la Música el sábado pasado. La neta yo no traÃa ni un peso, pero asÃ, nada de nada, y pues no sabÃa si ir o no. Cayeron a la Redacción del Guanatos City Rocks como a las 7:00 con un par de caguamas y ahà estuvimos cotorreando un rato, escuchando la música que la banda blogera me ha recomendado y pues yo estaba platicándoles a las chavas cómo está todo el pedo de los blogs y su relación con los nuevos medios literarios y de toda la gente chida que conoces por aquà y de los culturosos y todas esas cosas que no tienen importancia en la vida real, en fin, estaba tratando de parecer una persona interesante para quedar bien con las chamaquitas.
A las ocho y media partimos a la Escuela de Escritores (SOGEM) donde se iba a realizar la presentación de un libro de poesÃa e iba a haber un brindis, o sea, vino gratis a costa de escuchar algo de poesÃa.
El lugar estaba lleno de cultorosos de la peor calaña. Maestras vestidas con ropas como las que usan las inditas y no pude evitar acordarme de la maestra que sale en la escuelita de Jorge Ortiz de Pinedo (creo que se llama Carlota o algo asÃ), hipsters perfumados con pacholi y recién bañados, con boina y suéters de cuello de tortuga; mientas que yo y el TapatÃo (quien llevaba una chamarra azul, blanca y roja, está chidilla esa chamarra de no ser por el escudo de las Chivas que tiene justo a la altura del corazón. Según él, no se la va a quitar hasta que las vea campeonas) andábamos con ropa normal, yo traÃa una playera con la máscara del Santos (el famoso luchador, ahora divorciado de la pinche puta de la tetona Mendoza). Tuvimos que aguantar 15 minutos de poemas ininteligibles y soporÃferos para, finalmente, poder llenar nuestros vasos y estómagos con vinos de, sabe qué chingada calidad y delicioso canapés.
De ahÃ, las amigas del TapatÃo nos llevaron a un lugar llamado “La Santaâ€�, lo cual a mà me pareció apropiado ya que el nombre hacÃa juego con mi playera, pero finalmente decidieron que fuéramos a un lugar llamado Puerta 22.
El sitio estaba repleto de contraculturosos. Puro morro (y morra) fashion que intentaba lucir a los más cool de la moda; parece que en los últimos tiempos todo ese asunto de la moda está muy de moda, más que antes.
Como les dije, yo no traÃa ni un cinco, asà que una chavafue la que pagó mi boleto y pude sentir la satisfacción de decir “ella pagaâ€� mientras la morra me miraba con ojos de una falsa superioridad, de un vano y fatuo poder.
Adentro, nos pusimos a disertar acerca del papel del hombre en la sociedad moderna y en resumen acerca del significado de Machismo = Feminismo, Femenil = Varonil, de la homosexualidad femenina y masculina y de los roles de genero en los albores del tercer milenio. Lo chido fue que con el boleto de entrada te daban una chela gratis y una de las viejas con la que venÃamos no pisteaba asà que inmediatamente acaparé su birra. Además, en el antro se presentó una banda que toca música de vanguardia (Lo que ello signifique) llamada Ã�rbol Discoteca (O algo asÃ) por lo que tenÃan preparado otro brindis con un chingo de vino tinto, al cual le dimos durÃsimo, y pinturas culturosas (sin significado, más que para el pendejo que las pintó).
Nos subimos a la zona VIP (SÃ, habÃa zona VIP como en el Big Brother) y habÃa varios sillones de esos que son bolsas rellenas de estopa y materia suavecita. HabÃa unos batos jugando Mortal Combar 2 en un Play Station y no pude resistir en impulso de darles su baile, pero tuve qué dejar el juego una vez que vi que el tapatÃo no era capaz de controlar a tres hembras en su compañÃa.
La chava de las miradas fugaces y coquetas en la Fiesta de la Música y yo nos metimos a una bodega donde tenÃan el vino, en un principio para robarnos una botella, pero estando adentro del cuarto oscuro, rodeados de bebidas espirituosas, no pudimos evitar besuquerarnos, sin embargo fue algo rápido y efimero como un sueño erotico, como un pensamiento caliente, como una fantasÃa que sólo imaginamos.
Cuando salimos con la botella, el Grupo habÃa comenzado a tocar. Su nombre, me aclararon, era Bosque Discoteque y tocaban onda Café Tacuba meet Gorrillaz, pero el TapatÃo insistÃa en que la banda tenÃa un toque (de mota) y personalidad particular y tengo que reconocer que sà la tenÃan.
Y pues la changuita que cantaba no estaba tan mal. TenÃa todo lo que una chamaca tapatÃa necesita para hacerla en una banda Jalisquilla (no sé, pero algo tiene que ver ese tipo de trompas como la de Eli Guerra, Rita Guerrero, Zara Valenzuela, o la zorra sinaloense que canta con Bellanova. Algo de putas lindas, trompudas chulas o algo asÃ), y pues su música era altamente culturosa. Una tornamesa para rayar los viniles y soltar las pistas, unos sintes y pianitos para los soniditos mamones galácticos, un guitarra marica (que no se oÃa), un bajo tocado por un guey apodado “el mugrosoâ€� y la changuita cantando con un eterno deelay. Ahh y un baterista.
A pesar de todo, la banda logró prender a la audiencia, el concierto se lo dedicaron a un tipo que cumplÃa años y que se encontraba justo atrás de mÃ. Asà que cuando la vocalista señaló al festejado, en un impulso de espontáneo egocentrismo, me puse de pie y toda la gente pensó que era a mà a quien dedicaban el concierto.
Antes de terminarse la tocada, se me antojó un vodka con agua quina, asà que se lo solicité al mesero (que alcabo yo no pagaba), y señalándole mi mano le dije en voz alta “vodka�, pero el imbecil no escuchaba y yo le grité:
-“Vodka, vodka, vodkaâ€�- Sin embargo habÃa mucho ruido en el lugar y yo pedÃa mi vodka a gritos, la gente comenzó a gritar al mismo ritmo que el mÃo:
-“Otra, Otra, Otra�- A fin de cuentas, el mesero me mandó a la verga y me quedé con ganas de mi trago, escuchando otra canción de estos gueyes.
La noche prometÃa más, pero la novia del TapatÃo tenÃa que llegar temprano a su casa porque sino la iban a regañar sus papás y como yo no traÃa carro me tuve que regresar con ellos. No mames, pinche vieja, a veces la odio, es una aguafiestas.
Epilogo: Erandi, la neta rifas durÃsimo, gracias por todo, Keep On Truckin. Felicidades por tu primer lugar y a ver cuando rolas la foto para subirla al blog.